EN ESTE PAÍS la cosa es de nunca acabar. Los afectos personales entre los políticos o sus secuelas de complicidad nos ha llevado a situaciones que rayan en lo trágico y en lo cómico.
LA LAMENTABLE pareja de don Vicente Fox Quesada y su inseparable compañera Marta Sahagún (el dúo dinámico dirían los técnicos) se convirtió la última semana en el centro de atención de los medios, con motivo de su ostentosa y torpe aparición en una revista de las llamadas rosas, exhibiendo sin recato ni pudor alguno, sus propiedades y riquezas.
CON ELLO LE GRITARON a millones de mexicanos empobrecidos: “¡Para que vean lo que es tener fortuna, bola de canallas miserables! Lo incongruente de toda esta comedia de equivocaciones, que protagonizan don Vicente y Doña Marta, es que cualquier político más o menos mentalmente equilibrado, hubiera pagado muchísimo dinero para que jamás se publicara y mucho menos a todo color y en papel de lujo, la inmensidad de su fortuna malhabida con motivo del ejercicio de cargos públicos.
PERO PEDIRLE normalidad mental al don Vicente sería como pedirle peras al almo. Lo común en este tipo de casos de sospecha de corrupción, es que agudos periodistas de investigación se pongan a buscar en registros públicos de la propiedad, en cuentas bancarias secretas o depósitos de dinero y valores en el extranjero, la riqueza malhabida del funcionario a investigar.
PERO EN EL CASO que nos ocupa no fue así, Don Vicente prefirió de manera personal y espontánea, publicitar sus riquezas en los medios y además ¡pagó por ello! Aquí es donde uno ya no puede entender cómo un señor de esta estructura mental pudo ganar la elección de 2000 y gobernar un país tan grande y poderoso como lo es México.
PERO AHORA VIENE lo peor. Resulta que el señor alcalde, por cierto panista, de Boca del Río en el Estado de Veracruz, Don Francisco Gutiérrez de Velasco ha tomado la decisión de erigir una estatua de más de tres metros fundida en bronce, que representará a Vicente Fox Quesada con la mano en alto formando la “v” de la victoria con los dedos índice y medio de la mano derecha.
NO OBSTANTE las múltiples protestas de los vecinos, el alcalde de Boca del Río desde noviembre de 2006 cambió el nombre del bulevar Del Mar por el de Vicente Fox, en donde se instalará la estatua, eso no obstante, al repudio general de vecinos y ciudadanos.
EL ALCALDE ACLARÓ que la estatua representará únicamente al ex presidente, pero que Marta Sahagún no aparecerá en el conjunto escultórico. Quizá esto último haya servido de triste consuelo a los habitantes de Boca del Río y amainó las protestas; pero en verdad qué duro va a ser para los porteños vivir a partir de este año, bajo la sombra de una estatua de tres metros con la efigie de Don Vicente Fox, quien mano en alto anunciará como si fuera un voceador de periódicos y para los siglos venideros, un ejemplar de la revista “Quien”, la que habló precisamente de sus múltiples riquezas malhabidas.
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