EN UNA PASADA COLABORACIÓN me referí a lo proclive que es el género humano para buscar y encontrar a su propio dictador y opresor. Tal parece que esta adicción se presenta de manera cíclica entre la mayoría de los habitantes de un país, que en estado de desesperación buscan agarrarse al primer clavo ardiente que les promete su salvación.
LA HISTORIA NOS MUESTRA que el mundo ha estado plagado de esos luminados Mesías que dicen exactamente lo que a la gente le gusta escuchar. No ha habido dictador que haya hecho uso de su verbo para decirle a las muchedumbres, precisamente lo que esas agrupaciones de seres humanos NO quieren oír.
NO HA EXISTIDO dictador que haya hablado de aumentos de impuestos, de mayores jornadas de trabajo y menos salarios, de reducir el monto y modalidades de las pensiones. Por lo general siempre han hablado de todo lo contrario y para beneplácito del respetable.
TENEMOS EJEMPLOS muy recientes de dictadores que prometieron el oro y el moro a sus gobernados para poder llegar a consolidarse de manera permanente en el poder. Los más notables han sido Hitler, Mussolini, Juan Domingo Perón, Fulgencio Batista, Castro Ruz, Leonidas Trujillo, Pérez Jiménez, solamente por mencionar algunos.
TODOS ÉSTE TIPO DE PERSONAJES lograba enloquecer a su auditorio mediante una verborrea encendida y llena de promesas ilusorias. Quiénes no recuerdan la imagen de las muchedumbres enloquecidas por la oratoria de sus opresores Hitler, Mussolini, Perón y Castro Ruz.
AHORA ES VENEZUELA la protagonista de un nuevo sainete tropical o lo que es lo mismo, “de una dictadura anunciada” pues parece que un gran número de venezolanos logró al fin encontrar, después de muchos esfuerzos y cavilaciones, a la persona que los subyugará. Han dado por fin, con quien les quitará sus más elementales libertades y les nulificará sus derechos humanos.
TARDARON PERO POR FIN alcanzarán la plena felicidad y la solución a todos sus ancestrales problemas; ya encontraron a quien obedecer y al que los gobernará sin sujeción a Ley alguna.
DON HUGO CHAVEZ ha logrado que la Asamblea Nacional de Venezuela aprobara su muy ingenioso proyecto de reforma constitucional, que le permitirá reelegirse como presidente de los venezolanos de manera indefinida y hasta su muerte.
VEMOS AQUÍ como aparece nuevamente el síndrome del oprimido. Un gene que circula y subyace en lo más íntimo del género humano y del cual le ha sido sumamente difícil deshacerse a través de la historia.
EL CASO DE HUGO CHAVEZ, es igualito al de Adolfo Hitler. Un dictador que llegó al poder por la vía democrática y ya instalado en él, resuelve usar el mismo sistema democrático para destruirlo y sentar las bases de su dictadura.
EL GÉNERO HUMANO no tiene en verdad compostura y es que su gusto y afición por los sistemas políticos paternalistas y dictatoriales, parece que se acomodan muy bien a su modo de ser.
ES POR ELLO que no dudamos, que ahora que la reforma constitucional fue puesta al “Referendo Popular”, este le será favorable a Don Hugo Chávez. Por nuestra parte que el pueblo de Venezuela con su pan se lo coma.
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