DE LAS ELECIONES del pasado domingo para la renovación de la Cámara de Diputados local y de ayuntamientos en los estados de Tamaulipas, Tlaxcala, Michoacán y Puebla. Es este último estado el que merecería un más atento análisis de sus resultados dadas las muy especiales circunstancias preelectorales.
DOS AÑOS ANTERIORES a los comicios se dieron una serie de circunstancias políticas y judiciales, que pusieron al gobernador de Puebla Mario Marín Torres en el centro de un huracán de noticias, acusaciones y denuncias de complicidades tanto en la prensa escrita como en la televisión y la radio.
ÉSTA ESCANDALOSA TORMENTA en torno del gobernador Mario Marín, de una u otra manera también debió afectar al PRI, el partido gobernante en Puebla y de cuyas filas había salido la candidatura del “gober precioso”.
POR LO PRONTO los primeros resultados que arrojan los comicios en la capital mundial de camote, según las distintas empresas como Opina Consultoría Estratégica, da a la candidata priista a la Presidencia Municipal de la capital poblana, Blanca Alcalá Ruíz, logró tener a su favor 50.2% de la votación mientras que el panista Antonio Sánchez Díaz de Rivero captó 25.5%. Por su parte CISO de la Universidad Autónoma de Puebla le da a la candidata priista 49.1% de los sufragios, contra 26.3% del aspirante panista.
POR LO QUE RESPECTA los distritos electorales para diputados al Congreso local con una mayoría abrumadora, la Coalición Unidos para Ganar, conformada por el PRI y el Partido Verde Ecologista, mantiene una ventaja en 24 de las 26 diputaciones de mayoría relativa en las principales ciudades de la entidad, entre ellas la capital. En otras palabras el PRI arrasó en el Congreso poblano.
ESTOS RESULTADOS nos están mandando un mensaje que considero interesante tratar de entender. En la historia reciente de este país no sabemos de otro gobernante estatal priista, que haya sido el vértice y eje de una campaña de descalificaciones en todos los medios que existen en México, como lo fue el gobernador Mario Marín.
IMNERSO EN UNA TORMENTA de acusaciones y complicidades en perjuicio de Mario Marín que naturalmente también contaminaron al partido político en que milita, el “gober precioso” logró salir avante. Ni la misma Suprema Corte de Justicia de la Nación que en un momento también metió un pedazo de trapo de la toga en el asunto de la periodista Silvia Cacho, no lograron que Marín pidiera licencia. Con esto no estoy tratando de defender al Ejecutivo de Puebla, trato únicamente de hacer resaltar unos resultados electorales que parecerían ir en contra de cualquier lógica y sentido común.
CON RAZÓN, sin razón o con la razón a medias, los medios mantearon por su cuenta al más precioso de los gobernadores, pero sin embargo, los señalamientos y denuncias en prensa, radio y televisión no tuvieron ningún efecto en los resultados electorales.
ELLO NOS LLEVARÍA a interpretar la lectura de los hechos desde un punto de vista, a mi juicio, muy novedoso. A últimas fechas se ha gastado mucha tinta, voz y fotones por parte de comentaristas, opinadores, analistas y escritores para reafirmar que son los medios y únicamente los medios los que ahora dominan en todas las actividades del ser humano. Que es la televisión, la prensa y la radio los que dictan las normas para el comportamiento del las masas y de cómo deben entender el mundo; pero parece que la cosa no son tan fácil, si así fueran, el PRI del “gober precioso” no debería haber obtenidos ni el 10 por ciento de los votos de los poblanos, pero no ha sido así.
LA MASAS DE ELECTORES parece que esta vez no los tomaron en cuenta, ni consideraron todo aquello que habían venido propalando los medios por más de dos años en contra del gobernador ni de su partido.
TEMA INTERESANTE que dejo para su estudio, a los investigadores del comportamiento colectivo de las personas y de su percepción de las cosas que se dicen y aparecen en los medios.
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