INMERSOS EN UNA LUCHA que parece no tener fin, los partidos políticos cerraron este año demostrando por enésima vez, que no sirven a los intereses de México. Que los únicos intereses a los que son leales son a los suyos y a ningún otro.
EL SAINETE DE FIN DE FIESTA que protagonizaron los señores diputados fue de tres pistas, como de cualquier circo que se respete, en se que puso de manifiesto su impotencia para designar a un presiente y a dos consejeros ciudadanos para el Instituto Federal Electoral.
DESPUÉS DE ACALORADOS debates en lo más oscurito del Palacio de San Lázaro, y de los lideres de las bancadas en los salones privados de los más lujosos restaurantes de la Ciudad de México, disfrutando exquisitas viandas y degustando raros y exóticas vinos de mesa y bebidas espirituosas, por supuesto todo a cargo de los sufridos causantes de impuestos, pues ni así pudieron ponerse de acuerdo para nombrar a un triste presidente y a dos secretarios electorales para el IFE.
VIENDO TODOS los desfiguros de los “padres conscriptos”, cualquier persona de mediano juicio pensaría que se estaba designando al secretario general de las Naciones Unidas o a los príncipes de las galaxias mas cercanas al sistema solar. Tal era el sigilo de los detentadores de la partidocracia, manifestaban que no podría ser de otra manera. Y es que ni para designar al Papa en el Vaticano los señores cardenales recurren a tanta engañifa, desasosiego y mentiras.
LOS SEÑORES DIPUTADOS representantes de las tres fracciones parlamentarias que resuelven en la Cámara, argumentaban que todo se venía haciendo a favor de la democracia y por el bien del país. Con voz engolada hablaban en los medios jurando y perjurando que todo el circo de tres pistas que estaba el pueblo contemplando muy azorado, no era otra cosa “que lo que sucede en cualquier democracia que se respete”, pero la realidad era otra y muy diferente.
PRIMERO Y PARA ARRANCAR a petición de los radicales perredistas, los diputados tomaron la dedición de desbaratar al IFE y descabezarlo destituyendo al consejero presidente y a dos consejeros electorales antes de que terminaran su gestión constitucional. Toda esta burda maniobra que atropelló nuestro sistema de derecho y que desquebrajó la máxima institución electoral de México, no fue otra cosa, que una perversa maniobra para darle gusto al “Peje” y seguidores que nunca le perdonaron a los integrantes del Instituto Federal Electoral, el haber perdido las elecciones de 2006.
AGOTADO FINALMENTE el plazo de Luis Carlos Ugalde y de dos consejeros electorales del instituto, el día I5 de diciembre no pudo ser integrado el nuevo IFE argumento los “padres conscriptos”, que no había habido consenso.
LA VERDAD que lo que no se quiere decir al pueblo llano, es que los señores del PRD se montaron en su macho (como siempre) y querían imponer al respetable jurisconsulto Góngora y Pimentel, de quien no se puede entender de otra manera, se prestó inocentemente para servir a los intereses del Sol Azteca.
NO CONFORMES con el sainete de tres pistas que había escenificado en la Cámara de Diputados, vino de inmediato el triste y deprimente espectáculo de los restantes ocho integrantes que conforman el destruido Instituto Federal Electoral, quienes ante la necesidad imperios a de nombrar a un presidente interino, a falta del nombramiento por la Cámara de Diputados, pusieron de manifiesto su patético tamaño como personitas, y en su debate interno sacaron a relucir un verdadero cochinero de ambiciones personales, sin importarles mayor cosa los intereses propios del país.
EN LOS DOS CASOS: de los representantes de las bancadas de los tres partidos y en la designación que se hizo al interior del IFE de un consejero presidente interino campeo de todo, menos el respeto que deben al pueblo que en última instancia es el que les da de comer y les paga sus jugosos sueldos.
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