El gobernador de Coahuila monta su caballo “El Ciruelo”.(Foto: Leopoldo Ramos)
Recorre el gobernador de Coahuila 42 kilómetros montando a ‘El Ciruelo’.
El Siglo de Torreón
A regañadientes, convencido por sus pares de Nuevo León y Tamaulipas, el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés se trepó en “El Ciruelo”, un cuarto de milla colorado, imponente, que a lo largo de los 42 kilómetros de recorrido, en la primera etapa de la cabalgata “Unidos en sus Tradiciones”, caminó mansito.
“Este es de pilas, solito camina; ahí va, ahí me lleva”, bromeó Moreira con el reportero, al amanecer, casi al inicio de la justa, bajo las densas nubes que a lo largo del día no dejaron asomarse al sol.
Con el porte de jinete que sólo la experiencia concede, cabalga a su izquierda el gobernador tamaulipeco Eugenio Hernández Flores, quien, sin embargo, parece no disfrutar el trayecto preocupado porque las motos todoterreno de los escoltas y de los oficiales de Protección Civil ponen nervioso a su “Catrín”.
Al otro extremo Natividad González Parás no deja de sonreír. Sabe de la periquera que tiene enfrente, como los fotógrafos y camarógrafos llaman desde hace siete años, en que aterrizó la idea de atravesar a caballo los tres estados del noreste a lo largo del la ribera del Bravo, al camión en el que trepan para tener mejor ángulo.
Metros adelante avanza lento otro camión. El que carga en su plataforma el fara-fara que ameniza el ambiente con corridos, redova y chotis.
Tras los gobernadores, los sombreros y tejanas apenas aparecen entre el polvo que levantan los purasangre, los corceles y jamelgos que alterados por el olor a yegua, llevan encima a sus amos, muchos de los cuales van agotados al inicio de la justa por culpa de la cerveza y del tequila y de esa madrugada que parecía interminable entre gritos de alegría y canciones, en los campamentos donde se concentraron antes de partir.
El “Corrido de Los Pérez” es el más solicitado entre la tropa ensombrerada. Con todo y su trágica historia de la familia que terminó a balazos tras una competencia de caballos.
Sin embargo, a diferencia de las seis ediciones anteriores de la cabalgata, ésta, la séptima, ha sido la más desairada: apenas participaron unos cinco mil jinetes, de los más de diez mil que antes cabalgaron desde Villa Hidalgo, Coahuila hasta Nuevo Laredo, Tamaulipas, pasando por Colombia, Nuevo León, en un trayecto de 53 kilómetros.
Y es que quizá lo que desanimó a muchos cabalgantes fue el desinterés del gobernador coahuilense por participar en el evento, dado que prefiere bailar una buena pieza a tener que ir en horcadillas sujeto al temperamento de una bestia.
Sin embargo, cuando entre reporteros y cabalgantes pululaba la idea de que la séptima sería la última edición de la cabalgata, al final los gobernadores de Nuevo León y Tamaulipas convencieron a Moreira de regresar al otro año y no sólo montar los primeros 42 kilómetros, sino terminar el recorrido de tres días hasta Nuevo Laredo.