Disculpe doña Irene, pero francamente es mucho pedir. Mire que la entiendo. Mire que estoy de su lado. Mire que sé que lo que pide es sensato, correcto; es más, es lo menos que se puede pedir. Pero eso es demasiado en México. O por qué cree que estamos como estamos.
Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional, se encuentra de visita en nuestro México lindo y querido. Es una visitante incomoda para más de uno y que “exagera” para otro. Y encima, pensarán unos y otros, se atreve a pedir algo que sería de risa si no fuera tan en serio.
La primera mujer asiática y musulmana que dirige la organización de derechos humanos más importante del mundo vino a decir unas cuantas verdades y a hacer una serie de peticiones.
Y no es que haya dicho algo que no sea diga en voz alta y en voz baja en nuestro país; pero, como usted comprenderá, ha levantado ámpula. Porque, claro, a nadie le gusta que le digan algunas verdades, menos que se las diga una mujer y mucho menos que se las digan lo suficientemente fuerte como para que sean escuchadas en medio mundo.
Dijo, por ejemplo, que el Estado mexicano ha tenido un fracaso constante y consistente en brindar protección a las víctimas de violaciones de derechos humanos. Que se ha hecho de la “vista gorda” con el asunto de violencia contra las mujeres. Que existe una colusión de autoridades en el abuso a los derechos humanos.
También afirmó que las autoridades tratan de desacreditar la lucha de las y los defensores de derechos humanos. Que la impunidad es un problema endémico tolerado por las autoridades mexicanas. Y dijo lo que mi abuelita traduciría como que somos farol de la calle y oscuridad de la casa.
Asimismo, aseguró estar “escandalizada” por lo que sucede en Oaxaca, “una respuesta autocrática que está llena y plagada de violaciones a los derechos humanos” que perpetua un ciclo lleno de abuso, violencia y descontento.
Más aún, opinó que el abuso por parte de las fuerzas de seguridad y policías es tan obvio, que no es aceptable decir que se está abriendo una investigación.
Bajo estas circunstancias, afirmó, creemos que la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para realizar una investigación en Oaxaca es importante, pero se debe realizar lo más rápido posible y de acuerdo con los estándares internacionales de los derechos humanos.
Disculpe, distinguida señora Khan, ¿está consciente que usted ese encuentra en México?
Porque, para empezar, pedirle a la Corte que haga algo rápido es como pedirle a una tortuga que se inscriba en los juegos olímpicos en 100 metros planos. Ni de broma, ¿verdad? Luego, confiar en las resoluciones de la Corte… ¿leyó la resolución en el caso de Lydia Cacho? Y apegada a estándares internacionales de derechos humanos… ¿estamos hablando de la Corte mexicana?, ¿sabe cómo han resuelto controversias que afectan a las mujeres?
Y encima, señora Khan, le pide al Gobierno Federal que se realice una investigación “independiente e imparcial” de la violación de los derechos humanos en el conflicto en Oaxaca.
Francamente, doña Irene, es mucho pedir.
En nuestro país las palabras “imparcial e independiente” no riman, ni por error, con Gobierno Federal o Estatal. No riman con Gobierno, para acabar pronto.
Ahí tiene el caso de doña Ernestina, la anciana indígena que no murió a consecuencia de una violación tumultuaria sino “de anemia” como dice la verdad oficial. Ahí tiene los casos de indígenas violadas por elementos del Ejército mexicano. Ahí tiene todo el caso de la violación de garantías individuales de Lydia Cacho y todo el caso de las víctimas de pederastia de Jean Succar Kuri.
Lo lamento, distinguida señora Khan, mucho me temo que pide demasiado.
Tan es así, que ya ve, ni tardo ni tardo ni perezoso el flamante ombudusman de México, José Luis Soberanes, declaró que usted exagera. Que si bien es cierto no hay un avance sustancial en derechos humanos por parte de este Gobierno, decir que hay un fracaso constante es una exageración que no tiene sustento.
Con declaraciones como ésa, de parte de quien se supone es la más alta autoridad en defensa de los derechos humanos de nuestro país, ¿qué podemos esperar de las demás autoridades?
Gracias, señora Irene Khan por decir en voz suficientemente alta lo que aquí nadie quiere oír. Pero no espere mucho. A veces, pedir lo elemental es mucho pedir.
Apreciaría sus comentarios:
cecilialavalle@hotmail.com