Policía birmana vigila desde una camión durante las protestas llevadas a cabo por monjes budistas en contra de la Junta Militar en Rangún, Birmania, hoy 27 de septiembre 2007. (EFE)
Un fotógrafo de nacionalidad japonesa murió hoy en Myanmar durante los enfrentamientos entre la policía y los opositores a la Junta Militar gobernante, mientras continúan los llamados internacionales para poner fin a la crisis en ese país.
Reportes de la prensa asiática indican que el fotógrafo cubría las manifestaciones que se registran desde hace más de una semana en la capital Yangón, aunque hasta ahora las autoridades japonesas no han revelado su identidad.
El reportero gráfico japonés fallecido hoy durante las protestas en Birmania contra la dictadura militar ha sido identificado como Kenji Nagai, de 50 años, según informó la agencia local Kyodo.
Nagai trabajaba para la productora de vídeo APF News, basada en Tokio, que es la que lo identificó en un primer momento, lo que fue posteriormente corroborado por el Ministerio japonés de Exteriores, según la cadena de televisión pública NHK.
Imágenes fotográficas desde Rangún mostraron al reportero japonés tirado en el suelo durante una manifestación y apuntado por un fusil que porta un soldado birmano.
En Tokio, el Ministerio japonés de Asuntos Exteriores confirmó que una de las personas muertas este jueves en Myanmar tenía en su poder un pasaporte japonés, por lo que ordenó a su embajada en ese país estar al tanto del caso y rastrear en su base de datos.
El cadáver fue trasladado a un hospital de Yangón para practicarle la autopsia, mientras en las calles de la capital continúa la tensión luego de que la policía abrió fuego contra cientos de manifestantes y causó la muerte de varios de ellos.
Aunque algunos medios de comunicación reportan el fallecimiento de hasta nueve personas en las últimas horas, otros hablan sólo de dos o de cuatro, pero la confusión es tal que la propia policía desconoce la cifra exacta.
Una decena de personas murieron hoy por impactos de balas de soldados birmanos en contra de las manifestaciones contra la Junta Militar, que se enfrenta a su mayor desafío desde que sofocó a tiros las protestas democráticas de 1988.
Los cuerpos de seguridad birmanos trataron de dispersar a miles de personas que desafiaron la prohibición del Gobierno de las reuniones públicas y se manifestaron en el este de Rangún.
La mañana de este jueves cientos de monjes budistas fueron arrestados tras participar en las manifestaciones contra la junta militar que gobierna desde hace 20 años.
La situación es seguida con atención por la prensa internacional y los gobiernos del mundo, algunos de los cuales han hecho llamados urgentes para poner fin a la violencia antes de que la crisis cobre más vidas.
Tras diez días de manifestaciones, la Junta Militar declaró el toque de queda este martes, prohibió las reuniones públicas y detuvo a varios líderes democráticos en las horas siguientes, además de instalar controles militares y policiales en monasterios, pagodas y puntos claves de las principales ciudades del país.