Iniciaron los disturbios cuando unos pandilleros de la Mara 18 agredieron a un custodio.
AP
San Salvador, El Salvador.- Al menos 17 reos murieron ayer durante un motín protagonizado por pandilleros en una cárcel de máxima seguridad en la región oeste del país.
Los disturbios se iniciaron la tarde del viernes cuando unos pandilleros de la Mara 18 agredieron a un custodio, sus compañeros se negaron a ingresar a las bartolinas y comenzaron a destruir las paredes de las instalaciones.
?Las cifra de muertos subió, son 17 confirmados, pero no se puede especificar si son pandilleros o reos comunes?, dijo una periodista del departamento de Comunicaciones de la Policía Nacional Civil destacada en el penal de Apanteos.
?La situación está controlada, ya entramos a todos los recintos, pero falta que se haga el reconocimiento de los médicos forenses?, agregó.
Por su parte el sub director de la Policía, Luis Tobar Prieto, confirmó el número de muertos, en breves declaraciones.
Tobar informó que hay ?varios heridos?, que están recibiendo atención médica, pero dijo que ninguno es de gravedad.
Uno de los trabajadores de Medicina Legal que ingresó a la cárcel, dijo que ?son más de diez muertos, estamos trabajando en el reconocimiento?.
Cien efectivos de las fuerzas de choque de la Policía ingresaron a la cárcel para asegurar las instalaciones, donde están presos pandilleros peligrosos y reos comunes.
Dos autobuses de la Policía trasladaron a más de 100 reos comunes al centro penal de Santa Ana, según se informó.
El centro penal de Apanteos es una prisión de máxima seguridad ubicado a unos 70 kilómetros al oeste de la capital que tiene capacidad para mil 800 reos, pero alberga más de dos mil.
En El Salvador hay registros policiales de nueve mil 700 pandilleros y de estos tres mil 500 guardan prisión en diferentes penales del país.
Investigan canibalismo en cárcel francesa
El fiscal no quería creer en ello, pero una autopsia minuciosa reveló que el asesino no mentía: se comió parte del cuerpo de su víctima. El asesinato se produjo el pasado primero de diciembre en la cárcel de Rouen, ciudad situada cerca de la costa Atlántica y en la desembocadura del Sena en París, Francia.
En una celda en la que convivían tres detenidos uno de ellos fue asesinado ?con premeditación?. Puñetazos, patadas, tijeras clavadas y una tentativa de estrangulamiento precedieron una muerte causada por asfixia, con la ayuda de una bolsa de plástico.
Los tres detenidos tenían más de treinta años y quien se autodenunció como asesino cumplía los últimos días de una condena a cinco años de cárcel por robo con violencia. Los tres habían solicitado, por escrito, poder estar juntos en la misma célula a lo que accedió la dirección del establecimiento penitenciario ?porque nada indicaba ni permitía pensar que tuviera que ocurrir nada entre esos tres hombres?. (El País)
