Los bomberos tuvieron que intervenir para rescatar los cuerpos sin vida que quedaron entre los fierros retorcidos del Nissan en que viajaban y que sufriera un accidente en el bulevar Torreón-Matamoros.
Conductor y acompañante sufrieron traumatismo craneal y contusión profunda de tórax
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Repentina muerte encontraron la madrugada de ayer el conductor de un automóvil y uno de sus acompañantes, al perder el control del vehículo y chocar contra un árbol en el bulevar Torreón-Matamoros.
Yolanda Ezqueda Moreno, agente investigadora del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud de las Personas, informa que el accidente ocurrió al filo de las 4:50 horas. Uno de los occisos llevaba por nombre José Ángel Guerrero Campos, de 36 años, quien tuviera su domicilio en calle de Las Gladiolas 509 del fraccionamiento Bugambilias en Gómez Palacio.
La otra víctima del accidente era Mario Ávalos Hernández, de 56 años, con casa en avenida Cuauhtémoc número 323 norte del Fraccionamiento del Bosque, también de la vecina ciudad.
Julio César Juárez Hernández, de 33 años y con domicilio en calle Ocampo número 940 de la colonia Santa Rosa, viajaba en la parte trasera del vehículo y pudo salvar la vida, ya que no sufrió lesiones de consideración.
De acuerdo a un testigo que declaró ante las autoridades, el automóvil circulaba con exceso de velocidad de oriente a poniente por el bulevar Torreón Matamoros, a la altura del poblado La Joya.
De pronto el vehículo, un Nissan 2001, color gris, placas FAD-3536, dio vueltas sobre su propio eje y se proyectó de costado contra un árbol, que detuvo su camino.
Hubo necesidad de que acudieran los bomberos para rescatar con la herramienta especial a las víctimas del accidente, dos de los cuales sufrieron traumatismo craneal y contusión profunda de tórax, quedando sin vida en el mismo lugar de los hechos.
Julio César dice que el conductor del automóvil, José Ángel, era su cuñado y Mario su suegro. El lesionado manifiesta que él se encontraba en su casa como a las nueve de la noche del sábado cuando llegaron su cuñado y suegro para invitarlo a buscar a un amigo, aunque no precisa el lugar.
Ya por la madrugada, cuando se dirigían a Gómez Palacio por el bulevar Torreón-Matamoros, sobrevino el trágico accidente en donde sólo él pudo salvarse.
Los cuerpos fueron trasladados al anfiteatro del Hospital Universitario donde el médico legista practicó la necropsia de Ley.
