Un atacante suicida en bicicleta detonó los explosivos que portaba entre un grupo de reclutas en las afueras de un campamento de la Policía en Bakuba, al noreste de Bagdad, y mató a 29 personas además de herir a 20, informaron agentes y médicos.
Los reclutas esperaban la autorización para ingresar al campamento a fin de cumplir su jornada de entrenamiento cuando ocurrió el atentado en medio del grupo, dijo un policía a condición del anonimato.
El atentado de Bakuba presentó características de la organización terrorista Al Qaeda. Mohammed al Kirrawi, médico del hospital general de Bakuba, dijo que la mayoría de las víctimas fueron alcanzadas por las esferas de acero que suelen ser combinadas con los explosivos para causar el número máximo de bajas. Advirtió que el hospital carecía del equipo necesario para salvar a muchos de los heridos.
“Entre los lesionados, hay siete en condición crítica y hay pocas esperanzas de que sobrevivan”, consideró. Bakuba, 60 kilómetros al noreste de Bagdad, es la capital de la provincia de Diyala. En la región, centenares de miembros de tribus sunies, e incluso insurgentes de esa comunidad, se han incorporado en los últimos meses a las fuerzas de EU e Irak para combatir a Al Qaeda.
Entretanto, un grupo de 10 jeques sunies y shiies que habían sido secuestrados en una zona shii fueron puestos en libertad, dijo un portavoz iraquí, Mohammed al Askari, aunque no dijo cuántos ni dio más detalles.
La Policía y fuentes cercanas han identificado a los secuestrados como siete jeques shiis y tres sunies, capturados en Bagdad cuando se dirigían a la provincia Diyala tras reunirse en la capital con un funcionario del Gobierno.
La Policía había dicho que la noche del domingo halló el cadáver acribillado de uno de los jeques sunís, Mishaan Hilan, a unos 50 metros de donde ocurrió la emboscada, dijo una fuente, añadiendo que se supo la identidad de la víctima por el teléfono celular que llevaba.
Los militares estadounidenses dijeron que un líder miliciano shii estaba detrás de esos secuestros. Simultáneamente en el sur de Irak los militares estadounidenses transfirieron las responsabilidades de seguridad a las autoridades iraquíes en la provincia mayoritariamente shii de Karbala, la octava de las 18 provincias que vuelve al control iraquí.
El primer ministro Nuri al Maliki dijo que la seguridad en la provincia sureña de Basora será transferida a los iraquíes a mediados de diciembre.
Las fuerzas británicas a cargo de la zona ya han empezado a retirarse del centro de la capital provincial al aeropuerto en las afueras.
