Lizbeth Hasfield, directora general de MasterCard destaca que el sexo femenino accede a más puestos directivos.
Para Lizbeth Hasfield, directora de MasterCard, representar al sexo femenino en el mundo
financiero no es ninguna limitante; por el contrario, está dispuesta a ganar mercado.
MÉXICO, DF.- No es común encontrarse a una mujer al frente de una empresa financiera.
Sin embargo, ahora empiezan a tomar cargos clave en la industria y Lizbeth Hasfield, directora general de MasterCard, es un ejemplo de ello.
La ejecutiva destaca que el sexo femenino accede a más puestos directivos, pues hoy 32 por ciento de éstos se encuentran en manos de féminas.
Incluso, dice que el sector financiero tiene 17 por ciento de las mujeres en los cargos más altos; no obstante, admite, el financiero “es uno de los sectores en el que por años y por cultura el hombre sobresale más que la mujer, aun cuando la participación sea cada vez mayor”.
En esta industria, como en muchas otras, empezó a permear la calidad empresarial de las mujeres, pero lejos de algunos conceptos culturales y subjetivos, el género cuenta con ciertas cualidades o talentos que les brindan un determinado liderazgo.
La ejecutiva, quien menciona su experiencia profesional, reitera: “Estamos haciendo una diferencia, dejando huella en cada una de las funciones que llevamos a cabo”.
Hasfield afirma que las mujeres tienen un conjunto de talentos naturales, los que son imprescindibles para pasar de una lógica de competitividad a una de cooperación, lo cual les permite sobresalir.
Para la directora de MasterCard, en un mundo donde el trabajo en equipo y las redes son fundamentales, son necesarias nuevas habilidades “que las mujeres ejercen de manera natural”.
Como género, comenta, pensamos en relaciones en lugar de reglas, en cooperación más que en competencia, en preguntar no en ordenar, en comunicar más que en imponer y en conectar más que en controlar.
Además, para una mujer, la redistribución del poder es más un logro que una pérdida; y ése es el secreto del trabajo en equipo.
La directiva con 25 años en el sector financiero menciona que su experiencia profesional y su condición de mujer la llevaron a puestos ejecutivos y a consolidar a MasterCard México como la filial latinoamericana más importante de la transnacional.
Pero pese a las buenas cifras, el principal reto como directora fue alinear una cultura corporativa global con una realidad local.
Explica que los resultados como ejecutiva la llevaron a reducir la brecha entre el crédito y débito, pues en los últimos años se mostró un aumento en la preferencia de los consumidores a utilizar sus tarjetas.
Por ejemplo, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) dio a conocer que en el país hay 35.9 millones de tarjetas de débito y a través de ellas se realizan 3.7 millones de transacciones todos los días.
Según la dependencia, en la actualidad hay 20.4 millones de plásticos de crédito con los que se efectúan a diario 728 mil operaciones en terminales punto de venta y casi 159 mil en cajeros automáticos.
Este dinamismo se refleja en un aumento en el volumen de facturación y de participación en el mercado de la compañía en la región latinoamericana, con lo que se creó un mayor nivel en el índice de preferencia y uso de dinero plástico.
La transnacional, con cuatro mil 600 empleados alrededor del mundo, registró ganancias netas por 457 millones de dólares en 2006, contra los 317 que se registraron en 2005.
Además, realizó transacciones por un valor de 16 mil 137 millones de dólares durante 2006, contra 13 mil 733 en 2005. Y los resultados de la marca van en ascenso, pues tan sólo en el primer trimestre de 2007, la firma reportó ganancias netas récord por 215 millones de dólares respecto al mismo periodo de 2006.
Los ingresos netos del trimestre fueron de 915 millones de dólares, es decir, hubo un incremento de 23.9 por ciento respecto al mismo periodo de 2006.
La compañía, con más de 20 millones de tarjetas con su sello, tiene acuerdo con 23 millones de comercios en todo el mundo, donde aceptan sus plásticos.
El reto
En el caso de México y la región latinoamericana, el principal reto es aumentar la penetración de los plásticos, pues sólo 12 por ciento de las transacciones se hacen con alguna tarjeta.
Explica que la empresa le apuesta a la innovación de nuevos productos y prueba de ello es la puesta en marcha de MasterCard PayPass, el cual se lanzó a finales del año pasado en México, con lo cual se convirtió en el primer país de América Latina en introducir la “tecnología sin contacto” en la región.
En cuanto a los objetivos de corto plazo, Hasfield adelanta que se enfocarán a la emisión de más tarjetas y a la puesta en marcha de la estrategia para diseñar productos innovadores y avanzar en dar un mayor valor agregado en el procesamiento de las transacciones y a la oferta de sus productos.
