El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), acaba de declarar que entre 71 ciudades evaluadas, sólo 9 presentan condiciones de “calidad”. El dictamen se añade a las numerosas noticias que nos llegan señalando de una manera u otra que México no está avanzando al ritmo necesario en el sendero del progreso.
Simultáneamente el IMCO llama a las autoridades de los municipios a realizar pactos para formar bases que mejoren su competitividad. El IMCO, sostenido por la Iniciativa Privada, agrega que los gobiernos deben suscribir acuerdos a nivel de agendas en materia de seguridad ciudadana, planeación urbana, construcción de infraestructuras y manejo de activos compartidos como los de medio ambiente.
No obstante, se considera que pactar entre gobiernos locales no es suficiente. Es necesario que los políticos piensen y actúen un poco más como empresarios ya que “ahora más que nunca deben buscar hacer rentables al máximo los dos principales recursos que son tiempo y dinero”.
El Instituto señala además que si los políticos no aciertan en sus medidas pueden condenar a las regiones a un atraso permanente. Uno de los principales puntos a resolver en las ciudades es la falta de coordinación en la toma de decisiones para que no se responda sólo a criterios corto plazo.
Las declaraciones arriba mencionadas surgen del Índice de Competitividad Urbana 2007 que destaca que en las 71 urbes evaluadas vive el 60% de la población y se genera el 90% del PIB. Y agrega, que hay casos en que una ciudad se compone de dos o más unidades administrativas lo que entorpece la coordinación. Mucho se avanzaría con la reelección de los alcaldes para facilitar la planificación urbana, la infraestructura, la seguridad pública, los registros públicos y los servicios de educación y de salud.
Es muy de tomarse en cuenta el análisis realizado por el Instituto. Sin embargo, no podrá alcanzarse la meta de competitividad que el país requiere si se sigue exigiendo a los municipios cuyos recursos financieros y humanos son siempre escasos. Mientras no se adopte un concepto de desarrollo integral zonal, no podrán reclutarse todas las fuerzas que se requieren para hacer que una ciudad o una región alcancen “la competitividad” que la globalización exige.
Por mucho que se coordinen los esfuerzos estrictamente municipales sin aportarles los elementos financieros, educativos y de infraestructura que obligadamente deben proceder de organismos estatales o federales, no se alcanzará la meta que exige el IMCO.
Hay que insistir en la creación de polos de desarrollo integral que aprovechen el potencial de los recursos naturales y las vocaciones de cada región. De esta manera, se dotará de los elementos necesarios a cada uno de los municipios comprendidos en una zona para que puedan complementar el esfuerzo que por su parte realizan los empresarios que crean unidades productivas y, por ende, ocupación.
Insistir como parece hacerlo el IMCO en que la competitividad ha de lograrse a nivel exclusivamente municipal o en el mejor de los casos en conurbaciones, es un concepto demasiado limitado para lo que el país viene requiriendo a fin de situarse al nivel de otras naciones que sí operan con conceptos integrales.
México D.F., Octubre de 2007.
juliofelipefaesler@yahoo.com