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Muy positivo

Federico Reyes Heroles

Por favor mencione los cinco mayores logros de Calderón en su primer año y sus cinco mayores errores. La pregunta es fácil, la respuesta cómoda para las dos partes, incluso para el enjuiciado sobre todo si su actuación es un desastre. Es injusta en cambio para quien actúa correctamente. Con esta fórmula nos evadimos de una ponderación que obligue al analista a definirse. ¿Es el primer logro equivalente al primer tropiezo? ¿Acaso pesan igual todos los renglones de las dos categorías? El engañoso y muy común resultado –cinco contra cinco o tres contra tres o lo que sea- termina simulando un empate, una suma cero. Siempre habrá aciertos y errores y se pueden poner en una artificial balanza que de entrada no se inclina, no debe. Así quien inquiere parece justo y quien responde equilibrado. Se trata de un cómodo acuerdo que al final del camino es una evasión.

El asunto tiene salida y muy fácil: es positivo el primer año de Gobierno ¿sí o no? ¿Por qué sí o no? Hay argumentos sólidos y blandos, más bien subjetivos. Reforma publicó un cuadro comparativo entre administraciones: Variación porcentual del PIB: Zedillo, menos 6.2%; Fox menos 0.2%; Calderón más 3.1%. Inflación: Zedillo 52%; Fox 4.4%; Calderón 3.8%. Exportaciones enero-octubre 65 mil mdd; 134 mil mdd; 224 mil mdd; Número de asegurados en el mismo orden, menos 586 mil; menos 197 mil; más 950 mil. El desempleo abierto sin embargo ha aumentado. La lista podría continuar: inversión extranjera, inversión en infraestructura, etc. Éstos son algunos de los asuntos medibles. Las incautaciones de droga no tienen precedente. Aun así la injusticia valorativa continúa. Fox y Calderón no hubieran podido presentar las cuentas que hoy tenemos sin el trabajo de Zedillo, por ejemplo. Pero entonces por lo menos hay que intentar un balance verdadero y una definición al respecto.

Hay otros referentes de acciones de mediano y largo plazo que la opinión pública tiende a olvidar. Se trata justo del tipo de acciones que necesitamos, a veces impopulares pero de fondo. Calderón ya sacó la reforma de pensiones del ISSSTE; la del IMSS en tercera vuelta (la primera –pensiones de asegurados- se la aventó Zedillo con Genaro Borrego al crear las AFORES, la segunda Santiago Levy con Fox). Con esas dos reformas las finanzas públicas están mucho más sanas. Para ponerlo en perspectiva: sólo el ISSSTE equivalía a tres veces el Fobaproa. Además Calderón sacó una reforma fiscal que suma alrededor de 2.5 puntos porcentuales del PIB a la recaudación. Si a ello se agregan los recursos que se retornan a PEMEX, alrededor de 3 mil mdd, el resultado no es despreciable. Los operativos contra el narco que han recuperado control sobre el territorio entrarían en este rubro: sus efectos son de largo plazo, con resultados hasta ahora positivos.

Me hago la pregunta a mí mismo: ¿ha sido positivo el primer año, sí o no? Los datos no dejan margen, por supuesto que sí. Pero ¡qué trabajo nos cuesta admitir los logros ajenos, incluso cuando son de beneficio general! Los cangrejos de nuevo en plena acción.

Y ¿cómo ha sido Calderón en los asuntos más bien atenidos a la subjetividad? Respuesta sin datos duros: ha restaurado la seriedad de la Presidencia, no es poca cosa; la negociación política se reencauzó, increíble que se hubiera roto; hay una clara distensión entre las fuerzas políticas formales (por supuesto más allá de AMLO y seguidores atrapados por el dogma) distensión que se muestra en los acuerdos legislativos; hay mayor disciplina en el grupo gobernante; sus reflejos políticos, por ejemplo frente a desastres naturales (Tabasco), son mejores que los de Fox; la familia presidencial y en particular la esposa han dejado de ser tema de polémica; no se le identifica con una actitud pendenciera, etc.

Pero la verdad es que ese territorio que llamamos blando no lo es tanto. Justamente allí surge la percepción, ese juicio individual integrado por un conjunto de informaciones dispersas, desordenadas que sin embargo dejan registro en la vida cotidiana de los ciudadanos. Quizá los ciudadanos no recuerdan el número de ajusticiados, tampoco el de asegurados permanentes, pero si saben de su vida cotidiana, de lo que ocurre en las calles, de lo que le sucedió a su vecino, de aquello que los medios le transmitieron. Este último renglón es quizá el más delicado. Allí Calderón sale de nuevo con datos positivos. Un 64% de la población le da una aprobación al presidente; del uno al diez le asignan 6.8 de calificación, superior a la de Fox. Todos los datos sobre sus cualidades personales, (honestidad, liderazgo, capacidad, sensibilidad social, etc., información de Reforma) son positivos.

Y ahora ¿qué hacemos? Volvemos a relativizar todo diciendo que lo positivo se pierde frente a lo negativo, que la alianza con la maestra o los ajusticiados ensombrecen todo. ¡Qué fácil! Por ese camino ya sabemos la respuesta: todo da igual. Zedillo, Fox y Calderón son iguales, para la corrección política del analista se puede agregar, la misma porquería. Así el analista dormirá tranquilo de que sus clientelas están muy contentas de su audacia. Él seguirá cobrando por conservar su “juicio crítico e independiente” y una porción de la opinión pública seguirá diciendo, da igual, son todos una bola de rateros, de frívolos, el país no progresa, no hay nada qué hacer. Ese desánimo tiene un costo, un costo para la nación que al fin y al cabo se merece mayor seriedad.

El primer año de Calderón ha sido muy positivo. Punto.

P.D. ¡Bien por Venezuela es el primer paso para deshacerse del tirano!

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