Las niñas están unidas por el corazón, hígado e intestinos, tienen entre un cinco y un siete por ciento de sobrevivir.
Dos niñas siamesas que comparten el corazón, el hígado y los intestinos nacieron en un hospital de Santiago de Chile mediante una operación cesárea y hasta el momento se encuentran en buenas condiciones, informaron fuentes médicas.
Emily y Constanza, como las llamaron sus padres, nacieron a las 00:15 horas, después de 36 semanas de gestación y permanecen en una incubadora, dijo a los periodistas el doctor Germán Mühlhausen, jefe de Neonatología del hospital San José, de la capital chilena.
"Están en buenas condiciones, nacieron bastante bien y no hubo que hacer ningún tipo de reanimación", dijo el facultativo, que precisó que las bebés permanecen "en una cuna radiante, recibiendo calor y una pequeña cantidad de oxígeno, lo único que han necesitado".
La madre, Johana Lobos, de 23 años, residente en la norteña ciudad de Copiapó, se recupera normalmente de la operación.
Mühlhausen matizó, sin embargo, que existe una duda sobre si comparten la vía biliar, lo que dificultaría aún más una eventual cirugía para separarlas.
En ese contexto, los pronósticos daban a Emily y Constanza, que pesaron 3.6 kilos al nacer, escasas posibilidades de supervivencia, de entre el cinco y el siete por ciento.
Tras advertir que las primeras 24 horas tras el nacimiento son "claves", el médico señaló que ahora se deben realizar estudios más precisos sobre qué es lo que están compartiendo, con vistas a una futura cirugía.
Según los médicos, la separación se debería efectuar en un plazo que va de ocho meses a un año.
El padre de las siamesas, Carlos Zambra, afirmó que el hecho de que sus hijas hayan nacido con vida, en tan difíciles condiciones, "es una felicidad inmensa, gigante, enorme, la fe mueve montañas".