AGENCIAS
PARÍS, FRANCIA.- La diócesis francesa de Aix en Provence, sur, oficializará el próximo domingo el caso de una religiosa francesa de 45 años que asegura haber sido curada del mal de Parkinson por intercesión del Papa Juan Pablo II.
El diario francés Le Figaro publicó ayer en su primera página declaraciones exclusivas de la hermana Marie-Simon-Pierre, de la orden de la Congregación de las hermanas de las maternidades católicas, sobre el posible milagro.
La monja, que trabaja en el hospital parisino de Sainte-Felicite, explicó cómo superó la enfermedad del Parkinson “de forma milagrosa”, tras haber pedido, junto a su congregación, a Juan Pablo II el milagro de ser curada de su añeja enfermedad.
Señala que el diagnóstico del mal de Parkinson la acercó más espiritualmente a Juan Pablo II porque el Pontífice sufría también esa enfermedad y dijo que sus síntomas se agravaron en las semanas posteriores a la muerte del Papa el dos de abril de 2005.
‘VOZ DE ALIENTO’
La religiosa indicó que el dos de junio de 2005 sintió “una voz interior” que le animó a escribir, una actividad que no podía realizar de manera correcta desde hacía cuatro años debido a los temblores que le ocasionaba la enfermedad.
La monja afirmó que se quedó “estupefacta” al descubrir cómo de forma repentina podía escribir y que su cuerpo no sentía dolores.
Un neurólogo certificó dos días más tarde la desaparición “sorprendente de todas las señales de la enfermedad” de Parkinson en la mujer, que padecía el mal desde junio de 2001.
Marie-Simon-Pierre volvió a trabajar luego de haberse retirado a causa de la enfermedad y en la actualidad se ha reincorporado a sus tareas en una clínica parisina.
La religiosa escribió una carta al Vaticano con la explicación de la increíble curación de su enfermedad del mal del Parkinson, tras vivir cuatro años con fuertes dolores.
Para que Juan Pablo II alcance la categoría de beato, paso previo antes de ser santo, los impulsores de la causa necesitan proporcionar las pruebas para demostrar que Karol Wojtyla realizó al menos un milagro.
La monja viajará a Roma para la ceremonia del lunes por el segundo aniversario de la muerte de Juan Pablo, que marcará también el fin de una investigación eclesiástica de su vida que comenzó al escucharse gritos de “¡Santo súbito!” (santo ya) durante el funeral de Juan Pablo en 2005.
UNA MUJER NORMAL
La monja Marie-Simon-Pierre es una mujer normal, dijo ayer la madre superiora del hospital donde labora la religiosa que se dice bendecida por un milagro del extinto Juan Pablo II.
La hermana Marie-Matthieu, que dirige la maternidad Santa Felicitas en París, afirmó que conocía a la monja, pero que no estaba autorizada a revelar detalles.
“Ella es normal. No hay nada de particular” en ella, dijo Marie-Matthieu. “No vamos a contestar preguntas”.
