Agencias
Las Vegas, Nevada.- La edición 55 del Juego de Estrellas de la Asociación Nacional de Basquetbol (NBA, por sus siglas en inglés) llega a Las Vegas y, si hablamos de esta ciudad, es imposible no meterse de lleno en el mundo de las apuestas. Precavidos y atrevidos se sientan en la misma mesa a hacer pronósticos de posibles ganadores.
¿Quién llega mejor a la cita? Depende desde donde se le mire. En materia de individualidades, el Oeste tiene todas las de ganar. Es cierto que tendrá ausencias de la talla de Steve Nash, Yao Ming, Carlos Boozer y Allen Iverson. Este último jugó por el Este en las anteriores ediciones ya que pertenecía a los Sixers (ahora defiende los colores de los Nuggets).
De todos modos, figuras sobran en el equipo que conducirá el entrenador de los Suns, Mike D?Antoni: Tracy McGrady, Dirk Nowitzki, Carmelo Anthony, Kevin Garnett, Tim Duncan...
Convencer a un apostador de jugar sus fichas por el Oeste nunca fue tan fácil. Basta hacerle mirar la tabla de la liga para que sepa que no puede perder: los Mavericks, los Suns, el Jazz, los Spurs y los Rockets, tienen un récord más favorable que la mejor franquicia del Este, los Pistones.
Entonces, ¿listo? ¿Ya está? ¿Gana el Oeste?, preguntará algún fanático resignado mientras observa los números fríos. Y yo le contestaré que no. Estoy convencido de que este partido quedará en manos del Este. También estoy convencido de que en el juego de puesto por puesto, el Oeste es más sólido. Pero el basquetbol es un juego de equipo. Y cuando hay muchas estrellas juntas, los problemas surgen. Si no me creen, pregúntenle a Mike Krzyzewski.
Si el Oeste sufre una pelea de protagonismo, eso puede terminar siendo letal para el trabajo grupal. Hay muchos jugadores de primera línea debajo de los postes, principalmente en la posición de alero-fuerte: Dirk Nowitzki, Kevin Garnett, Shawn Marion, Tim Duncan, Mehmet Okur. Habrá que ver cómo se adaptan, pero para funcionar deberán resignar intereses personales.
En el Este sobran jugadores de conjunto, de escuela, que cumplen una función y no necesitan hacer movimientos de fantasía para ganar aplausos. Es el caso de hombres como Chauncey Billups, Richard Hamilton, Jason Kidd (si es que finalmente se recupera de su lesión) y Chris Bosh. Este último atraviesa un momento mágico con los Raptors y puede llegar a ser el MVP de esta edición. A no sorprenderse.
Además, el Este tiene a Dwyane Wade, quien arriba al fin de semana de estrellas con un nivel fantástico, que le permitió al campeón Heat repuntar en la Liga. Ni que hablar del joven Dwight Howard, transformado con el correr de los juegos en una de las gratas revelaciones de la temporada, y de LeBron James, el MVP de la pasada edición.
Una incógnita será Shaquille O?Neal. Tras su vuelta evidenció que todavía le falta para ser el de antes, pero en estos juegos de febrero, Shaq siempre aporta su grano de arena. Por más que sea un encuentro casi de exhibición, le duele mucho perder, quizás más que a la mayoría de los participantes.
Eddie Jordan, entrenador de Washington, manejará el timón del Este. Tendrá dos alumnos de su plantel: Gilbert Arenas (de gran temporada hasta ahora) y Caron Butler, encargado de brindar equilibrio entre el perímetro y la zona pintada.
El partido será atractivo, como todo Juego de las Estrellas. Los fanáticos que se acerquen hasta Las Vegas pretenderán ver un show previo de alto vuelo y otro dentro de la cancha por parte de los jugadores, con volcadas y pases de fantasía. De todos modos, no hay que excederse: el partido no debe tomarse en broma. De lo contrario, la fiesta puede terminar siendo un aburrimiento, con más de 20 puntos de diferencia entre los dos ?seleccionados?.
¿Qué quiero decir con esto? Que mi candidato es el Este, siempre y cuando se juegue como un partido en serio. Dicho esto, los apostadores tienen indicios para jugar.
Las Vegas enciende sus luces. Hagan sus apuestas, señores. Y que gane el mejor.
Por las nubes los boletos
A pesar de los grandes espectáculos escenificados diariamente en la capital del juego en Estados Unidos, pocos han alcanzado precios como los del Juego de Estrellas de la NBA.
?Este es el evento de mayor envergadura que jamás se haya realizado en Las Vegas?, dijo Gavin Maloof, cuya familia es dueña del equipo Kings de Sacramento, así como del hotel y casino Palms, donde se alojan los jugadores que participarán en el partido.
?De eso no hay la menor duda, es más importante que cualquier pelea. Déjame decirte por qué. Se trata de los boletos, los de las primeras 10 filas los están vendiendo al mejor postor y los de las primeras cinco se cotizan hasta en 27 mil dólares?, señaló.
?Que yo sepa, nunca ha ha habido un evento en la historia por el que alguien haya cobrado tanto dinero por un solo boleto. No me importa si se trata de la Copa del Mundo, de los (Rolling) Stones o el Super Tazón... Es increíble?, dijo.
Van rumbo al Salón de la Fama
Phil Jackson, Chris Mullin y Dick Vitale encabezan la lista de 15 finalistas anunciados el viernes para ingresar al Salón de la Fama del Basquetbol.
Un comité de 24 personas votará para la selección final, en la que son necesarios 18 sufragios para que los potenciales nuevos miembros logren su ingreso. La generación del 2007 será anunciada el 2 de abril durante el torneo del Final Four (semifinales del basquetbol colegial) en Atlanta, y las ceremonias de inducción se llevarán a cabo en Springfield, Massachusetts, el 7 de septiembre.
Mullin, ex estrella de St. John, participó cinco veces en el Juego de Estrellas a lo largo de sus 16 temporadas en la NBA en las que jugó para Golden State e Indiana, anotó 17.911 puntos y se ubicó como uno de los mejores tiradores de la liga. Ahora es jefe de operaciones de basquetbol para los Warriors, y también participó en dos Juegos Olímpicos.
Jackson es el entrenador más exitoso de su generación, ganador de nueve campeonatos de la NBA con los Bulls de Chicago y los Lakers de Los Ángeles. Ex alero en sus años como jugador con los Knicks de Nueva York, está en su segunda época con los Lakers luego de ganar seis títulos con los Toros de Michael Jordan.
