Diputados federales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) negaron que la propuesta de la salida escalonada de los consejeros electorales se trate de un chantaje o venganza política, sino de un asunto de credibilidad.
La vocera de la bancada priista, Beatriz Pagés Llergo, no descartó que detrás de la campaña medíatica en defensa de la permanencia de los integrantes del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) esté Elba Esther Gordillo, quien a su parecer, puso a Luis Carlos Ugalde como presidente del organismo.
En entrevista telefónica, la legisladora priista sostuvo que los consejeros "ya no sirven porque se encargaron de desprestigiar al IFE a lo largo del proceso electoral de 2006".
Refirió que Ugalde Ramírez argumenta que el organismo carece de instrumentos jurídicos para sancionar a partidos y candidatos en caso de incurrir en excesos, pero olvida que cuenta con facultades políticas con las que pudo impedir las arbitrariedades en que se incurriéron como las campañas negras.
"Jamás vimos a Luis Carlos Ugalde golpear la mesa contra la propaganda negra, de excesos en medios de comunicación y al terminar las campañas exhibió facturas de cómo los partidos se excedieron en los gastos", señaló.
A su parecer, los consejeros no pueden argumentar que los partidos se quieren convertir en dueños del IFE y del tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuando de lo que se trata es de una reforma que fortalezca y le dé mayores atribuciones al órgano electoral.
Llergo Rebollar opinó que Luis Carlos Ugalde se equivoca al actuar como dueño del instituto, e insistió en que detrás de su conducta está la dirigente magisterial y sostuvo que seguramente se utilizan recursos numerosos para implementar esa campaña.
El tema de la salida de los consejeros no es un problema de chantaje y lo que se está dando es una negociación para que la Reforma Electoral salga en sus términos, lo que significa que el gobierno federal no sea un obstáculo para que su implementación.