En caso de ser declarado culpable en Estados Unidos, Zhenli Ye Gon se enfrentaría a una posible condena de 30 años a cadena perpetua, con una sentencia mínima obligatoria de 10 años. (Archivo)
Por tercera ocasión consecutiva, un juez federal denegó ayer la petición de libertad condicional al empresario de origen chino y naturalizado mexicano, Zhenli Ye Gon.
Con semblante contrariado, Ye Gon abandonaba la sala de audiencias enfundado en su traje de presidiario color naranja, mientras su equipo de abogados ponía cara de circunstancia y declaraba su “profunda decepción” por un pronunciamiento que ha impedido que su cliente se viera beneficiado de un régimen de arresto domiciliario.
En su pronunciamiento, el juez Emmet Sullivan desestimó los argumentos de la defensa al considerar que la peligrosidad y el riesgo de fuga de Ye Gon, eran factores a tomar en cuenta. De igual forma, consideró improcedente la petición de acceder al “descongelamiento” de más 2 millones de dólares para sufragar los gastos del personal de seguridad privado que se encargaría de velar por la seguridad de Ye Gon, en caso de que éste fuera excarcelado.
En sus considerandos, el juez concedió un plazo de 90 días a la fiscalía para el acopio y desahogo de más pruebas, muchas de las cuales aún se encuentran en poder de las autoridades mexicanas, según reconoció la abogada de la fiscalía, Wanda Dixon.
El magistrado Sullivan exhortó, sin embargo, a los abogados de la fiscalía para que éstos actúen con mayor eficacia y diligencia en la recolección de pruebas que, hasta ahora, sólo han sido enumeradas como “potencialmente decisivas” en la configuración de varios delitos como el de conspiración para el “lavado” de dinero y tráfico de drogas.
En caso de ser declarado culpable por estos delitos, Zhenli Ye Gon se enfrentaría a una posible condena de 30 años a cadena perpetua, con una sentencia mínima obligatoria de 10 años.
El juez fijó una audiencia para el próximo 18 de marzo que se verá precedida por una revisión de estatus el próximo 5 de febrero para supervisar el avance de los trabajos en la recolección y traducción de documentos que aún se encuentran en poder de las autoridades mexicanas.
Pero también para constatar el avance de sendas comisiones rogatorias a los gobiernos de Alemania, Suiza, China e Italia para establecer el alcance internacional de la red encabezada por el empresario de origen chino.
En su exposición de motivos, para demandar la libertad bajo fianza de su cliente, el abogado de la defensa, Martin McMahon, reiteró sus denuncias contra las “tácticas dilatorias” de la fiscalía y la más que cuestionable credibilidad del sistema judicial y político mexicano en el caso de las pruebas que han sido solicitadas para crucificar judicialmente a su cliente.
“¿Que credibilidad puede tener un sistema corrupto que ha permitido que el dinero confiscado desapareciera y que muchas de las supuestas pruebas fueran destruidas?”, arremetió McMahon en un intento por vapulear la credibilidad del Gobierno de México como posible testigo de cargo.
El abogado defensor, Martin McMahon, insistió en que el empresario no ha hecho nada indebido y que sus actividades de importación eran legítimas.
Según aseguró, Zhenli Ye Gon tenía todo un plan de mercadeo para “penetrar el mercado estadounidense con un producto legal” y por eso estaba importando en México sustancias que pueden servir como precursores químicos para la producción de metanfetaminas, explicó McMahon.
Acto seguido, McMahon acusó a las autoridades mexicanas de tenderle una trampa a su cliente porque éste podía eliminar a la industria farmacéutica en ese país si su plan de expansión tenía éxito.
McMahon también argumentó que agentes de la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) visitaron a un posible testigo de la defensa la semana pasada, como parte de una campaña de intimidación que se ha ensañado contra su cliente.
