PUEBLO NUEVO, DGO.- Para Raúl Barraza, presidente de la Unión de Ejidos de El Salto, no existe deforestación, aunque reconoce que la recuperación no es la deseada en los bosques del estado de Durango.
Precisa que el aprovechamiento en volumen es el mismo en los últimos años, aun cuando los diámetros de pino cada vez son menores.
Hace muchos años hubo un “boom” respecto de los grandes diámetros de los árboles; eso ya terminó, pero el volumen se mantiene, negando tajantemente que haya tala inmoderada en los bosques.
Barraza señala que hubo un tiempo en que la instalación de la industria forestal era mayor al volumen autorizado; por eso se observan muchas fábricas paralizadas.
Sobre la pregunta de la pobreza y marginación en cien años de explotación forestal, admite que se abatió para los poseedores del bosque, mas no así para los duranguenses en general. Estima cuatro mil propietarios de predios maderables.
También señaló que hay ejidos ejemplares donde se otorgan buenas utilidades, como en La Victoria, San Pedro y en San Bernardino; en este último se reparten seis mil pesos anuales por comunero, a razón de 16.43 pesos diarios, además de ofrecerles trabajo en el aserradero.
La cultura de la transa ya se ha ido acabando, los ejidatarios y comuneros van progresando ya que la mayoría tiene hijos profesionistas, ya tienen otra visión a la de los primeros pobladores de la zona serrana.
Por otro lado, los mismos ejidatarios están organizados para vigilar el aprovechamiento autorizado de madera, sin permitir el clandestinaje o cortes indebidos.
Inclusive, están aplicando mano dura a quienes no cumplen con la reforestación de los predios; hay constante supervisión.