EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

No hagas cosas buenas.../El aborto de Coahuila

Enrique Irazoqui

Está ahora en el ambiente social la iniciativa presentada en la Asamblea del Distrito Federal para despenalizar el aborto. El PRD es el principal promotor de la reforma y al parecer está secundada por la fracción del PRI es ese mismo órgano legislativo. Para efectos prácticos, es casi un hecho que en cuestión de semanas quede legalmente permitida la interrupción del embarazo mientras éste no haya rebasado catorce o doce semanas, dependiendo de la propuesta que prevalezca.

¿Cuál es la principal razón que se arguye para llevar a cabo esta modificación? Dos principalmente han sido enunciadas. La primera de carácter pragmático es que en la capital del país están muriendo alrededor de tres mil mujeres que abortan de manera clandestina e insegura y que esas condiciones están conduciendo a muchas de ellas a la muerte. La segunda es mucho más de fondo: el argumento de que la mujer debe tener la libertad de decidir sobre su cuerpo y eso significa que no está obligada a incubar un feto en su vientre si su voluntad dice lo contrario.

Ambas razones son, sin duda, de considerarse para el análisis de este tema. Sin embargo, se ha creado una percepción social de que quienes están a favor de propulsar este tipo de regulaciones –la aceptación del aborto como medida de control natal- son los mismos impulsores de leyes de carácter progresista, como por ejemplo la unión legal homosexual, que por cierto Coahuila es pionero, entre otras. Ellos son los “inns” mientras que quienes se oponen, son encasillados como rancios conservadores y de la satanizada ultraderecha.

Por supuesto que es percepción, la legalización del aborto no tiene absolutamente nada que ver respecto a las uniones de parejas del mismo sexo, sencillamente porque hay una participación de valores diferentes.

El derecho natural contempla derechos que deben de ser reconocidos en los individuos simplemente por su carácter humano. Han existido naturalmente a través de la historia sistemas jurídicos que sencillamente han ignorado o despreciado estos principios, pero no significa que deban ser ignorados.

Así pues, se pueden encontrar derechos en el jus naturalismo como el respeto a la vida, a la libertad, a la dignidad misma, entre otros muchos.

¿Por qué se puede defender entonces el Pacto de Solidaridad, que entre sus peculiaridades le otorga obligaciones a las uniones de parejas del mismo sexo, versus el aborto? La primera razón sencillamente es poner en la balanza cuál valor pesa más, el de libertad en la que dos individuos deciden unirse o el valor de la sociedad de contar con la defensoría del Estado de los principios costumbristas de una sociedad que no admitía uniones homosexuales. En cambio en el tema del aborto chocan dos valores naturales en que lo menos es otorgarle la misma categoría: el derecho a la libertad de la mujer a decidir si continúa el embarazo o el derecho a la vida del no-nacido.

Esta valoración viene a cuento porque en Coahuila, por principio de cuentas, se generó la versión que el gobernador podría motivar una modificación a las leyes locales para permitir el aborto, ya que con el Pacto de Solidaridad se dieron muestras de ser un Estado progresista en materia de legislación de las personas. Esperemos que el profesor Moreira –aunque al parecer también ha enfriado el tema- tenga la oportunidad de distinguir entre estas dos cosas diferentes y que su Gobierno se recuerde porque reconoció el derecho de la libertad de cada quien a unirse con quien su voluntad se lo indique, otorgándole ese lugar de gobernante progresista, así como quien fue capaz de no embarcarse en la moda de aceptar valores que conlleven a ver a los fetos como elementos potenciales de desecho.

Nueve semanas

El tema pues del aborto será de los más álgidos sin lugar a dudas y tal vez se podría llevar a un punto en el que se especifique cuándo empieza una vida humana, que tal vez necesariamente no sea el momento de la concepción.

Ayer un amigo me contaba que acababa de llegar de una visita que hicieron su esposa y él, con motivo de embarazo, a un médico ginecólogo. Me decía que en el ultrasonido practicado, podía apreciar los brazos y piernas del bebé perfectamente y que su corazón latía a razón de más de 160 pulsaciones por minuto. Tiene apenas nueve semanas, la propuesta del PRD es que se pueda abortar hasta las doce, tres más que el hijo(a) de mi amigo, que anteayer a través de la pantalla, le mostraba a sus padres que era ya una persona. Al tiempo entonces.

eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 267617

elsiglo.mx