¿Es correcto tocar un tema deportivo en una sección editorial? Depende, sería mi respuesta. ¿Es correcto hablar de lo que significa el Santos para La Laguna en un artículo? Sin duda. El Santos Laguna significa mucho más que un club de futbol profesional para miles de habitantes de esta Comarca. El equipo es un símbolo de identidad de la región y ha proporcionado a estas tierras grandes alegrías y motivos de enorme júbilo. Ha traído sobre todo un valor de gran trascendencia: unión. La camiseta rayada horizontalmente en verde y blanco, significa mucho para gran parte de los habitantes de La Laguna; nos hace sentir orgullosos de ser de aquí y se defienden los colores con pasión verdadera.
Por ello el motivo de tocar el tema de Santos, sus resultados deportivos de los últimos años y el terrible comienzo de campaña con el que se cuenta, obliga a voltear la vista a la institución que ha conseguido en dos ocasiones el Campeonato y hoy está más cerca del infierno del descenso a la Primera División A (su equivalente anterior era la Segunda). Desde aquel brillante y apasionante torneo de 1993-94 donde el Grupo Modelo decidió secundar el esfuerzo que años atrás había hecho un grupo de empresarios laguneros encabezado por el ingeniero Salvador Necochea, para volverle a brindar a esta plaza futbol en el máximo circuito, el desempeño de la escuadra albiverde es la nota que la mayoría busca cada lunes. Su posición en la tabla, su próximo rival, el desempeño de los jugadores en la grama y las jugadas destacadas, son informaciones que los lectores devoran con particular interés todos los lunes posteriores a un fin de semana de actividad futbolística. Los programas de televisión y radio con contenidos acerca del equipo son frecuencias muy sintonizadas merced al enorme interés.
Más de una década ha transcurrido, cuando la afición dejó de pensar en los problemas del descenso y la vista se volteó hacia la cima. El Subcampeonato conseguido el 30 de abril de 1994 en Zapopan, Jalisco. Cuando un autogol de Jesús Gómez en el tiempo regular y un desafortunado rebote cayó en los botines del brasileño Osmar Donizette, jugador de los Tecolotes de la Universidad Autónoma de Guadalajara, quien aprovecharía la oportunidad y marcaría el tanto que obligaría a nuestro equipo a conformarse con el segundo lugar; fue la campaña que convirtió a Santos en un equipo protagonista. El limitado estadio Corona fue sede de dos conquistas del título, con sendos triunfos ante Necaxa, con Alfredo Tena como timonel primero y Pachuca después, con Fernando Quitarte, confirmarían el lugar que el cuadro lagunero había ya decidido ocupar, el de protagonista. Un Subcampeonato más ante Toluca, completan la vitrina de trofeos. Ha habido campeonatos de goleo individual: Gabriel Caballero, Jared Borguetti y Vicente Matías Vuoso los han obtenido.
Hoy el escenario es otro, una especie de maleficio ha caído y en los últimos quince partidos, en la era del técnico Daniel Guzmán, sólo se ha ganado en una ocasión. Es imperativo que la afición lagunera ahora más que nunca, demuestre de qué está hecha. Fuentes cercanas a los integrantes de la Directiva informan que las condiciones de salud de sus miembros están afectadas. La pasión es intensa y el deseo de salir adelante es unánime: nadie quiere que el equipo descienda.
Toca ahora el turno de la comunidad, hay que defendernos hasta lo último con coraje y dignidad, eso somos los laguneros. Los dueños del equipo pusieron el dinero y los refuerzos, los jugadores y cuerpo técnico deben estar comprometidos. El estadio se ha llenado para recibir a Chivas y al Querétaro, esperamos que el lleno se repita ante Tecos, no pasa de este domingo para conseguir la victoria y se siga llenado; primero a asegurar la permanencia y después a buscar la liguilla ¿por qué no? hay con qué; por lo pronto miles diremos que cada fecha de la liga nuestro equipo nos hace pasar santos sufrimientos.
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