Desde ayer iniciaron los retenes coordinados por las diferentes corporaciones policiacas del Estado mexicano. Los tres niveles de Gobierno están participando en los distintos retenes que se han instalado en diversos puntos de la Comarca, destacando el que está debajo del puente plateado.
Lo que estamos viviendo definitivamente a nivel país es mucho más allá de una simple operación de carácter de seguridad. El desbordamiento de la violencia, consecuencia del consumo generalizado de las drogas por la juventud mexicana y la pérdida total de la sociedad en su conjunto en la corrupción, da como resultado que se generen las condiciones para que un presidente ?duro? que ha alcanzado el poder con el margen más estrecho jamás pensado, se vea en la necesidad de sacar al Ejército a las calles a que realicen las funciones que la Policía, podrida en lo general, ha dejado de hacer merced de haberse vendido cual prostituta; adiós desde hace mucho a la dignidad.
En La Laguna, particularmente en Gómez Palacio, se han generado los hechos que desencadenaron que nuestra comunidad sea señalada como ?de peligrosidad?. Apenas hace algunos días se dio la terrible ejecución de la familia Meraz, al pleno estilo de la delincuencia organizada. Y la muerte en el vado a tiros, a plena luz del día de dos jóvenes. Han generado esa percepción de psicosis, tal como lo declarara el propio alcalde Octaviano Rincón. Es pues mucho muy importante que sea escudriñada la labor que realizarán estos retenes múltiples. Porque antes que nada, hay que estar claros que de ninguna manera el Gobierno está haciendo algo espectacular: simplemente está haciendo su labor fundamental, brindar seguridad a sus gobernados.
Hoy los mexicanos estamos viviendo simplemente un intento de reconstrucción de lo que hemos perdido. El respeto a la autoridad con los años se conmutó por el precio de los favores de la misma. Por ello, se debe siempre de estar atento. Vicente Fox en su locura disfrazada (estoy seguro que el presidente de las botas perdió un poco la razón) y desesperante cobardía, dejó en manos de los delincuentes y bandas criminales el uso de la fuerza. La máxima aquélla de que todo vacío de poder será ocupado, se cumplió a carta cabal con el hueco enorme que dejó Fox y por desgracia e infortunio de la gente normal. El narco sencillamente tomó lo que el anterior Gobierno lo dejó con la mesa puesta.
No debemos pues acostumbrarnos que el Ejército resuelva lo que las policías no pudieron y por supuesto, no quisieron controlar, para eso no está la Secretaría de la Defensa, no es para eso la milicia. Habremos de estar pendientes que esta medida desesperada y necesaria surta efecto, y la tranquilidad en lo general se restablezca en el territorio nacional.
Es un derecho que tenemos todos los mexicanos, no hay que confundirse. El camino riesgoso que Calderón tomó para volver al orden es necesario, pero debemos, cuando pase el vendaval, exigir que las funciones propias de los civiles, sean precisamente realizadas por los propios órganos de la misma naturaleza.
DVR y Nudo Mixteco
Por fin se presentó conjuntamente un proyecto ejecutivo con lógica para destrabar el famoso nudo. En apariencia se ha quedado atrás la ilógica idea de recorrer 150 metros la pista del aeropuerto. Una solución con túneles en vez de puentes en lo que respecta al propio nudo, más un par de puentes en la calzada Abastos sobre los bulevares Independencia y Constitución. Al menos ya hay algo lógico en la mesa, ojalá ya se trabaje al respecto.
En cuanto al DVR, la película todavía no termina, mucha cuerda le queda a esa novela. Esperemos que Humberto Moreira, quien en realidad decidirá lo que pase con este asunto, resuelva lo que más le convenga a sus gobernados, no a los intereses de grupo.