Manuel Cárdenas Montoya, quien se desempeña como juez de plaza en esta ciudad durante los festejos taurinos que tienen lugar en la Plaza de Toros Torreón, afirmó que al momento se carece de un reglamento oficial que regule este tipo de espectáculos y lamentó que la autoridad municipal no muestre interés en autorizar el proyecto de reglamento que le fue entregado desde febrero de 2006.
Cárdenas Montoya, quien junto con Marcelo Acosta funge desde hace tiempo como juez de plaza en la Monumental de la colonia Moderna, lamentó que a pesar de que Torreón es una ciudad pujante en muchos aspectos, que la han colocado a nivel nacional como una de las urbes más importantes, carece de un reglamento taurino.
“Los espectáculos taurinos se han llevado a cabo bajo la tradición existente en las plazas de todo el mundo, pero hay situaciones especiales que necesariamente se deben reglamentar, a fin de hacer cumplir las normas como debe ser y que se refieren a los toreros, empresarios, subalternos, torileros y todos aquellos que intervienen en la fiesta brava”.
Destacó Manolo Cárdenas que en febrero de 2006 se le presentó al alcalde un proyecto de reglamento, basado en los que existen en México, Guadalajara, Aguascalientes y Monterrey, aunque con algunas adecuaciones de acuerdo a la importancia de la plaza taurina local.
“Pese a que se entregó hace casi dos años, lamentablemente a la fecha no se ha pasado a cabildo para su revisión y autorización, y seguimos sin un reglamento debidamente establecido”.
Entre las irregularidades que existen en la Plaza de Toros Torreón, el juez citó las siguientes: Falta de báscula, algunas empresas ofrecen toros y presentan novillos, no tienen el toro de reserva.
“El toro de reserva es básico en cualquier festejo y aunque algunos empresarios afirman que éste no se tiene porque se cuenta con toros de una reconocida ganadería, deben entender que este toro es básico, ya que no se duda de la calidad de los mismos, pero debe preverse un posible accidente en los corrales o los chiqueros”.
Respecto al peso de un ejemplar presentado como toro, dijo que este debe tener un peso mínimo de 440 kilos y una edad de cuatro años, mientras que el novillo debe pesar entre 350 y 430 kilos, pero sin llegar a los cuatro años de edad.
El juez de plaza afirmó que dentro del reglamento se incluye lo referente a las condiciones físicas en que debe estar la propia plaza de toros, al reunir las condiciones de seguridad, higiene y comodidad, de modo que un festejo se realice dentro de las normas establecidas y pueda efectuarse sin mayores contratiempos, para lo cual debe trabajarse por parte del Municipio y sus diferentes dependencias encargadas de dichas áreas.
“Nuestro proyecto de reglamento es muy completo, y para su elaboración participamos personas ligadas muy íntimamente a la fiesta brava, quienes luego de analizar y discutir cada uno de los puntos, optamos por la mejor opción para el establecimiento de cada una de las disposiciones.
Lamentablemente nuestro proyecto no tuvo eco en la autoridad municipal y seguimos a la espera de que se analice y en su caso se autorice, para poderlo aplicar quienes hemos sido invitados a colaborar como jueces de plaza”.
Dejó en claro que al no contarse con un reglamento taurino debidamente aprobado por la autoridad, cualquier persona puede organizar festejos y cometer todo tipo de irregularidades, ya que no hay una ley o reglamento al que deba sujetarse y en ese caso, no hay autoridad que le obligue a cumplir con determinados requisitos, lo que va en perjuicio directo de la fiesta brava y la afición.
