Reconoce Medina-Mora que no se tiene la capacidad para detectar a tiempo ataques de grupos subversivos.
México, DF.- Las autoridades federales no tienen la capacidad para prever o adivinar dónde y cuándo perpetrarán sus ataques los grupos subversivos que operan en el país, reconoció Eduardo Medina Mora, titular de la Procuraduría General de la República (PGR).
En conferencia de prensa, en Culiacán, Sinaloa, el funcionario federal al ser cuestionado sobre si existieron fallas de seguridad o de inteligencia, que no permitieron evitar los atentados, señaló que “el sistema de ductos de Pemex tiene más de 60 mil kilómetros, de tal suerte que es imposible entender que el seguimiento puntual que se tiene por parte del Gobierno Federal, pueda darnos la capacidad de determinar en qué momento van a tener una circunstancia de este tipo”.
El ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) agregó que “estos grupos interinstitucionales de seguimiento a estas actividades se reúnen cotidianamente, y tenemos un mapeo cuidadoso y pormenorizado de los grupos, y esto no puede derivarse en la pretensión de tener la capacidad de adivinar exactamente dónde van a golpear”.
Por otra parte, el procurador de justicia federal confirmó que las cuatro explosiones registradas los días 5 y 10 de julio pasados, en las instalaciones de Petróleos Mexicanos en los estados de Guanajuato y Querétaro, fueron actos de sabotaje, en los que se utilizaron explosivos plásticos, similares a los empleados en otros ataques que se han adjudicado estas organizaciones.
Respecto a la investigación para ubicar a los presuntos responsables del sabotaje, que aún no puede ser atribuido oficialmente al Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (EPR), que reivindicó los ataques, detalló que se han realizado peritajes en 11 especialidades distintas: incendios y explosivos, ingeniería mecánica, criminalística de campo, fotografía y química forense, entre otros.
Los estudios han permitido determinar que se utilizó “un explosivo plástico que funciona como detonador, y un explosivo que es el que realiza el daño más significativo (al parecer de origen checoslovaco), con un mecanismo de reloj, para determinar la hora de la conflagración, y un elemento electrónico, una pila”, artefactos similares que han sido utilizados en otros ataques de la guerrilla en el país.
Reparaciones
Reparar los daños ocasionados por los atentados a las instalaciones de Pemex en Querétaro llevará cuando menos seis meses, informaron especialistas de la paraestatal que laboran en los trabajos de rehabilitación de la Caseta de Válvulas de Seccionamiento de Coroneo.
De acuerdo con los técnicos de Pemex, la reparación completa de los servicios del gasoducto de 36 pulgadas, el ducto de propano de LPG de 14 pulgadas y el oleoducto de 16 pulgadas de diámetro dañados, quedará terminada en enero de 2008. El reacondicionamiento provisional de las instalaciones quedó listo las primeras horas de hoy.
Los trabajos no serán sencillos, pues cualquiera que observe el sitio donde ocurrieron las explosiones bien podría pensar que lo acontecido en el lugar fue más bien un bombardeo.
“Reparar este tipo de daños, en condiciones normales nos llevaría seis meses, pero no podemos decirle eso a la gente, por eso estamos haciendo estas reparaciones emergentes”, sostuvo uno de los técnicos que pidió el anonimato.
Los explosivos fueron colocados justo debajo del oleoducto de 36 pulgadas y el estallido generó un boquete de 10 metros de diámetro en el suelo y seis de profundidad, sitio en el que los técnicos de Pemex, tras apagar el fuego, encontraron polvo amarillo y registraron “un fuerte olor a sulfhídrico”.
Cenizas, polvo y un fuerte olor a gas, son las características del sitio en el que el pasado 10 de julio estallaron artefactos explosivos.
La onda expansiva generada por la explosión prácticamente desintegró la barda perimetral de la Caseta de Válvulas de Coroneo.
Los casi 300 trabajadores que laboran en la zona afectada están conscientes del riesgo que corren, no solo por el alto grado de peligrosidad que su actividad implica, sino porque temen que el problema se repita.
Fierros negros retorcidos, pedazos de ladrillo y un hueco donde antes había una puerta que voló por la explosión, son testigos de uno de los más fuertes golpes de la delincuencia al actual Gobierno federal.
Los estallidos dañaron las tuberías de otros dos ductos que prácticamente desaparecieron del lugar y que actualmente son analizados por peritos de la PGR.
La dotación de gas a la zona occidente del país, según los especialistas, quedaría reacondicionada en el transcurso de ayer, luego de iniciadas las pruebas para comenzar a bombear el combustible.
En el lugar todavía son visibles una pinta grande en color blanco y cuatro pequeñas en letras negras presuntamente escritas por integrantes del EPR, quienes se adjudicaron los hechos. Lo que más evidencian esas letras es la vulnerabilidad en que se encuentran las instalaciones estratégicas del país.
