Juan se fue a un viaje de trabajo -el lunes 3 de diciembre- a la Ciudad de México, y le pide alojamiento a su primo Pedro, del mismo origen, lagunero, pero que la vida lo llevó a vivir a la capital del país.
Estaban los dos primos en la mesa de la cocina, cenando unas quesadillas hechas en el comal central de la estufa de la casa, que Jimena, la esposa del primo Pedro les preparaba, con unos nopalitos con huevo, para no olvidar que estaban en el mero Distrito Federal.
Le cuenta Pedro a Juan:
-El jueves es la final del futbol, los Pumas reciben al Atlante en Ciudad Universitaria, si te quedas, igual nos jalamos para el estadio ¿cómo ves?
-A mí la verdad me vale madre, el torneo se acabó el domingo pasado para mí.
-Pues sí Juan, pero andan bien los universitarios e igual nos echamos algo, unas cheves.
-Pedro: no tienes idea lo que pasó el domingo pasado en el Corona primo, por eso no tengo el mínimo interés, sí me duele. Y aunque es difícil negarse a unas cervezas, es tema ya para el año entrante.
-¿Pues qué pasó en el estadio el domingo que no se vio en la tele?
-Que se vivió mucho más que un partido de futbol, eso pasó.
-¿Cómo es eso?
-Este año ha sido mucho muy intenso Pedro, en la Comarca desde dos mil cinco, se vino la polarizada con los partidos políticos. En mala hora el candidato fue Zermeño, porque el más votado de Torreón fue zapateado en el resto del estado, y con el profesor Moreira y el tacto de elefante del alcalde, La Perla de La Laguna no ha visto la suya. Pero en el dos mil siete la cosa está peor, llegaron las bandas del crimen organizado y empezaron a actuar, asesinatos y “levantones” son cosas que ya se viven a diario, imagínate la zozobra.
-Pues ya lo creo.
-Por eso ya nos tocaba algo que nos levantara el ánimo, y el Santos, nuestro Santos que apenas hace algunos meses estaba a punto del descenso, nos regaló una temporada espectacular. Nuevamente fuimos ese equipo espectacular en la cancha, y además de súper líderes, es el equipo que más goles metió, ¡cómo nos hizo recordar a aquella oncena que en 1994 se convirtió en subcampeón con una ofensiva poderosa! No podemos olvidar esa media cancha de Adomaitis, el turco Apud, Ramón Ramírez y el matador Diego Silva, con aquella dupla al ataque del chileno Richard Zambrano y Daniel Guzmán.
-Yo estaba allá primo, de ahí se vino la santosmanía, cómo olvidarlo, aquella que estallara de nuevo en la liguilla del invierno de 1996 y de nueva cuenta con el verano de 2001.
-Entonces ya tienes una idea de lo que te estoy hablando, años difíciles, y un poco de desasosiego en la gente, pero el Santos nos trajo de nuevo la ilusión, dio de nuevo el pretexto para unirnos, aunque sea un objeto lúdico.
-Me imagino.
-Pues eso fue lo que pasó en el Corona, las emociones fueron todas, y al final no se pudo y sin llorar, pero con la salida de mi Santos, el torneo se acabó.
Obvio que es una historia ficticia.
La intención es tratar de proyectar una realidad de lo que sucedió en La Laguna el domingo pasado, en las tribunas, en las calles y por supuesto en todos los hogares de la región, la gente se unió en torno a algo que nos representa. Si bien la ilusión del campeonato murió ese día, el esfuerzo de los profesionales del Santos hasta el último suspiro sencillamente engrandeció nuestro orgullo. El espíritu lagunero estuvo ahí a flor de piel, el equipo de futbol fue quien hizo sacarlo del letargo. Miles y miles de emociones corrieron ya hace cinco días, qué bueno que pasó (el dolor de la derrota y que no se marcara el penal de último minuto), La Laguna vale, y vale muchísimo, gracias a todos por lo que pasó en el Corona.
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