Nace en Luisiana el pequeño Noah por medio de fertilización in vitro, el embrión fue conservado en el hospital de Nueva Orleáns, durante el paso de Katrina.
EFE
Washington.- Noah (Noé, en español) nació por cesárea y saludable, casi 17 meses después de ser uno de los mil 400 embriones rescatados, entre la inundación con aguas contaminadas y un calor agobiante, de una clínica en Nueva Orleáns tras el huracán Katrina.
"Es un varón. Noah es un varón", anunció la abuela del pequeño, Lezette Crosby, poco después de la operación a la que fue sometida la madre, Rebekah Markham, en el hospital St. Tammany, de Covington, en Luisiana.
Noé nació, Rebekah, de 32 años de edad, y su esposo Glen Witter, de 42 años y policía de Nueva Orleáns, no sabían si la criatura sería varón o niña. Prefirieron esperar para saberlo al viejo estilo.
Al nacer, Noah pesó 3.84 kilogramos y midió 49 centímetros. La madre y la criatura se encuentran en excelentes condiciones, según informaron portavoces del hospital.
Noah es resultado no sólo de la técnica moderna de conservación de embriones y fertilización in vitro, sino también de la supervivencia al tumulto y las aventuras que rodearon su salida del hospital Lakeland, en el este de Nueva Orleáns, en las semanas que siguieron a la inundación que desplazó a medio millón de personas.
La tempestad levantó las aguas del lago Pontchartrain que rompieron los diques al norte de Nueva Orleáns y anegaron el 90 por ciento de la ciudad. Las aguas contaminadas atraparon a decenas de miles de personas en algunos albergues, y buena parte del hospital de Lakeland, donde, en tubos con nitrógeno líquido, estaban mil 400 embriones congelados.
Rebekah y Glen habían tenido problemas de fertilidad y por eso en 2003 habían recurrido al hospital Lakeland y habían creado embriones para fertilización in vitro.
De uno de esos embriones nació un niño, Glen, en agosto de 2004. Otros embriones quedaron en la clínica, y dos días antes del azote de Katrina, las autoridades del hospital subieron los tubos de conservación de embriones al tercer piso de la institución.
Después del huracán, Rebekah y su hijo Glen, que entonces tenía un año, abandonaron la casa amenazada por la inundación y se fueron a vivir con familiares en Covington, mientras Glen padre se quedó en la ciudad en las tareas de auxilio a otros damnificados.
Durante dos semanas Glen y Rebekah no pudieron comunicarse: las baterías de los teléfonos celulares se habían agotado.
En esas jornadas, uno de los miembros de la patrulla de Glen recibió un balazo en la cabeza cuando los agentes se enfrentaron a saqueadores en las riberas del río Mississippi.
La tormenta derribó árboles y postes de la red eléctrica y pocos días después la situación en Covington se hizo precaria, por lo cual Rebekah y su hijo volvieron a mudarse, a casa de otros familiares en el centro de Luisiana.
Mientras tanto, en el hospital de Nueva Orleáns continuaban los embriones congelados, entre ellos el futuro Noé.
Los tanques de hidrógeno líquido, con temperatura interior de unos 195 grados Celsius bajo cero, pueden conservar los embriones por hasta tres semanas en una habitación en la que haya aire acondicionado.