El cardenal festejó su cumpleaños número 65 y su doceavo aniversario como arzobispo primado de México en una ceremonia privada, donde el mariachi entonó "Las mañanitas".
El cardenal Norberto Rivera Carrera celebró con dos días de anticipación su cumpleaños 65 y onomástico, acompañado por casi mil fieles católicos, quienes al son del mariachi cantaron "Las mañanitas" y compartieron con él en una comida.
En está celebración, Rivera Carrera celebró también su 12 anivesario como arzobispo primado de México, cargo que le fue otorgado por el papa Juan Pablo II un 6 de junio, fecha de cumpleaños del prelado mexicano.
Un cúmulo de aplausos, felicitaciones, abrazos y regalos significativos, no en precios sino en afecto, le fueron entregados en mano propia por cientos de feligreses que fueron invitados por la cancillería de la Curia de la Arquidiócesis de México a ser parte de este festejo.
El Seminario Conciliar de México, ubicado en el sur de esta capital, fue el espacio donde se llevó a cabo la celebración, en la que también estuvieron presentes diversos integrantes de la jerarquía católica en el Distrito Federal, como el vicario episcopal y general de Guadalupe y Rector de la Basílica de la Virgen del Tepeyac, Diego Monroy Ponce.
En punto de las 12:00 horas tuvo lugar el Oficio de Lectura en Acción de Gracias por los aniversarios del cardenal en la capilla de esa institución, donde el altar sólo estuvo ocupado por el propio Norberto Rivera.
En la mesa de obsequios ubicada en el comedor de este Seminario se observaron canastas de tamaño mediano llenas con frutas tropicales, cuadros de la Virgen de Guadalupe, crucifijos y rosarios, así como cartas de felicitación.
El mariachi no dejó de tocar desde las 14:00 horas cuando el cardenal Rivera cruzó la puerta del comedor y fue recibido con una lluvia de aplausos de los presentes, en su mayoría obispos, diáconos sacerdotes, presbíteros, religiosos y laicos, así como un amplio sector de hombres y mujeres de la tercera edad.
El menú complació a todos los asistentes, ya que se trató de un bufé sin pretensiones de sofisticación, con tacos y tostadas de diversos guisados y agua de sabores tradicionales de la gastronomía mexicana, que fueron degustados al tiempo que los comensales coreaban algunos de los temas que los 12 músicos del mariachi entonaron.
