ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
(PSILAC).
CAPITULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(TRIGÉSIMA PRIMERA PARTE)
La planeación de los hijos pues, de acuerdo al momento preciso y adecuado a la preparación en que se encuentra cada pareja específica para concebir y recibir al nuevo miembro, según sus respectivas necesidades personales y de pareja, es un punto de gran importancia para construir las bases de un buen desarrollo tanto para el bebé como para la familia. Igualmente facilita la cimentación de vínculos más afectivos y seguros entre los padres y la criatura; lo que naturalmente funciona además como un factor básico para la prevención de los niveles altos de ansiedad en el hogar.
Un segundo punto que sería fundamental también en esta área de prevención respecto a los trastornos de ansiedad desde temprano en el desarrollo, tiene que ver con las experiencias de separación entre la madre y el bebé, y también con el padre. Cuando se han desarrollado este tipo de vínculos ideales entre ellos como los mencionados, se debe tener cuidado en la forma en que se manejan las separaciones, especialmente en los casos de separaciones frecuentes y regulares, o incluso prolongadas. Ello puede suceder en el caso de aquellas madres que trabajan fuera del hogar y no pueden atender constantemente a su criatura, por lo que utilizan los servicios de estancias infantiles, cuartos de bebés o la ayuda de sus madres, abuelas, tías u otros familiares o personas de servicio. Pero igual sucede en el caso de las madres que tienden a efectuar viajes de estancia prolongada, más o menos frecuentes y que por lo mismo, también dejan encargados a su bebé con diferentes personas.
Cuando menos durante los primeros dos o tres años de vida, este tipo de separaciones no son la mejor opción, y hasta cierto punto deberían evitarse o planearse en forma muy concienzuda por parte de la pareja. El criterio detrás de ello está basado en el hecho de que precisamente se está formando ese vínculo fundamental entre la madre o el padre y el o la bebé, de modo que cuando se suceden ausencias tan frecuentes y constantes, éstas tienden a romper el tipo de equilibrio que se está dando en la relación, y fomentan experiencias de inseguridad y desconfianza en el bebé, especialmente cuando las personas que se hacen cargo no son siempre la misma persona y cambian en cada ocasión. A pesar de que generalmente se tiende a pensar que por estar pequeños, los bebés no son afectados por tales cambios, la realidad es muy diferente, puesto que por el contrario, ellos tienden a percibir en forma bastante fina los cambios que se dan con esas ausencias, las diferencias en cada persona, en sus actitudes, los estados de ánimo y las conductas en relación a ellos, muy diferentes de la madre o del padre. Cuando la relación de la madre con el bebé es muy íntima y cercana, con una gran presencia y constancia por parte de ella, pero se corta sorpresiva o frecuentemente con separaciones más o menos prolongadas, el vínculo que se está formando tiende a interrumpirse, a perder su consistencia y su estructura inicial, de modo que se debilita y eso trae repercusiones importantes en cualquier bebé, pero muy especialmente en aquéllos que por herencia y temperamento tienen ese tipo de predisposición a los trastornos de ansiedad a los que nos hemos referido. En los casos en que las madres se deban ausentar por razones de urgencia (no necesariamente para ir a paseo o a jugar a Las Vegas, o de ?shopping? a las fronteras o cualquier otra ciudad mexicana o americana), es importante que traten de planear y prever esta situación en la forma más adecuada y de menor repercusión para la criatura.
En los casos de las madres que trabajan fuera del hogar, y que deben mantener sus empleos y horarios, lo ideal es que puedan dejar al bebé con alguna persona que sea siempre la misma, de modo que se ofrezca una figura constante de relación, ya sea la abuela como sucede en tantos casos, alguna hermana, tía, familiar, etc. o alguna persona de servicio sumamente confiable. Los cuartos de bebés y las estancias infantiles, representan también buenas opciones para este tipo de madres. Sin embargo, en todos estos casos, es imperioso que la madre, una vez terminada su jornada de trabajo fuera de la casa, pueda pasar períodos de tiempo íntimos y constantes con su bebé, mediante los cuales pueda de alguna forma compensar sus ausencias y facilitar la formación de ese vínculo tan necesario entre ellos dos, e igual se recomienda al padre.
En las separaciones con los niños o niñas mayores, es indispensable que las madres y los padres hablen con ellos sobre los motivos reales por los que van a dejarlos en casa al cuidado de algún familiar o de alguien más, el sitio al que van, el número de teléfono o la forma en que se pueden comunicar con ellos en caso necesario, lo cual es más sencillo ahora con los celulares. Es importante también definir el tiempo que durarán fuera, con las fechas más o menos exactas para su regreso. Es muy común que los adultos al sentirse culpables o temerosos de su salida, tiendan a inventar fantasías o mentiras sobre lo que realmente van a hacer, buscando engañar a los hijos o esconder la realidad, lo que lejos de tranquilizar a los niños, aumenta su nivel de ansiedad, puesto que muchos padres tienden a minimizar la inteligencia y capacidad de observación y razonamiento de sus hijos, y piensan que ellos van a creer tales mentiras, que en ocasiones son sumamente burdas. Tanto para separaciones cortas, como prolongadas, es mejor hablarles con la verdad, lo que a la larga proporciona mayor seguridad y confianza del niño o la niña hacia sus padres, y disminuye definitivamente los niveles de ansiedad. Aquellos hogares en los que estas experiencias se manejan a base de mentiras, secretos, fábulas y distorsiones, se convierten en ambientes más fértiles que estimulan fácilmente altos niveles de ansiedad en la familia (Continuará).