ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
CAPITULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(TRIGÉSIMA SEGUNDA PARTE)
Aunque para muchos adultos el tema de las separaciones de los hijos pueda parecer irrelevante, la realidad es que se trata de una experiencia fundamental, no sólo durante la infancia temprana, cuando se están formando esas bases del vínculo con la madre o con el padre, sino a lo largo de todo el ciclo de la vida. Eso nos ayuda a comprender en cierta forma en el futuro, el porqué para muchos hombres y mujeres adultos les es no sólo difícil, sino incluso imposible el poder llevar a cabo separaciones y permanecer solos en diferentes circunstancias, sin alguien a su alrededor que les acompañe. Seguramente se trata de personas que experimentaron vínculos de tipo inseguro y separaciones traumáticas intensas o frecuentes durante sus primeros años de vida, las que se convirtieron en experiencias angustiantes, que aún en el presente como adultos pueden seguirles provocando niveles altos de ansiedad, generando inclusive ataques de pánico en algunos de ellos. La explicación psicológica, aún a pesar de pecar de ser un tanto simplista, es que estas personas no alcanzaron a formar durante sus primeros años de vida, vínculos de seguridad y confianza importantes con su madre o con su padre, o con la persona que se hizo cargo de ellos. El resultado entonces, será la formación de una estructura del yo defectuosa, que tampoco les permite formar un tipo de vínculo seguro y de confianza consigo mismos, e igual les sucede con las personas con quienes entablan relaciones. Se ha visto entonces que quienes presentan este tipo de estructura del yo, tienden a padecer precisamente trastornos de ansiedad en sus diferentes variedades desde la infancia misma y a lo largo de la vida.
En muchos casos, también se ha descubierto, que a pesar de que durante la infancia más temprana debido a diversos factores, no hubo la oportunidad de formar este tipo de vínculos de mayor seguridad, confianza, afecto y constancia con la madre o el padre, se pueden encontrar en años subsecuentes otras personas importantes en la vida, que llegan a servir como sustitutos adecuados. Así puede suceder con otro tipo de familiares como abuelos, tíos, hermanos, etc., pero inclusive en el caso de sujetos extraños a la familia como es el caso de tutores, maestros o guardianes, etc.- que toman ese rol importante y se convierte en una experiencia correctiva en lo que respecta a mejorar ese tipo de vínculos que son básicos durante la infancia. La experiencia en sí de tratamientos de psicoterapia de diferentes tipos de orientación, pero especialmente la psicodinámica, pueden lograr objetivos semejantes, al proporcionar al paciente una relación constante y regular de seguridad y confianza, en la que se puede reforzar un vínculo de tal naturaleza, ya sea que el tratamiento se efectúe durante la infancia, la adolescencia o mismo en la etapa adulta.
Desgraciadamente, todavía no existe la suficiente difusión de información de tipo psicológico sobre el valor, el significado y las repercusiones tan importantes que pueden llegar a tener las separaciones en el seno de la familia, especialmente cuando ocurren durante los primeros años de vida que son tan básicos para la formación del yo en el ser humano. Tal vez todavía no hemos aprendido a valorar las diferentes capacidades que tienen los bebés al nacer, el temperamento y la sensibilidad que posee cada uno de ellos, rasgos que precisamente les permiten mantenerse más alertas y conscientes de su ambiente, así como de las personas que les rodean, especialmente aquéllas que juegan un rol tan cercano e importante en su vida. A pesar de que a esa edad, su percepción debe ser muy diferente a la que podemos tener los adultos con respecto al mismo tipo de experiencias, y gracias a los instrumentos que poseen, de los que están dotados desde su nacimiento y que van afinando cada vez mejor conforme se desarrollan, el o la bebé son capaces de percibir la mayoría de cambios y detalles importantes que suceden a su alrededor, sobre todo los vacíos o las ausencias de esos personajes básicos que forman parte de su vida cotidiana. Para muchas madres y padres que no cuentan con esta información, les es difícil creer que tales separaciones puedan tener realmente algún tipo de efecto sobre las criaturas: tienden a justificarlo con el razonamiento de que no se dan cuenta ?porque están muy chiquitos?. De acuerdo al temperamento y la sensibilidad de cada bebé, separaciones aisladas y cortas en una u otra ocasión posiblemente no tengan consecuencias serias. Sin embargo, en el caso de aquellos bebés con tendencia genética a presentar trastornos de ansiedad de acuerdo a la herencia familiar, y muy especialmente en los casos en que se dan ese tipo de relaciones poco constantes e irregulares de parte de la madre o del padre, que se interrumpen con demasiada frecuencia debido a separaciones cortas o prolongadas, se puede hablar entonces de bebés más a riesgo de sufrir trastornos de ansiedad. Ese potencial se intensifica además, cuando uno o ambos progenitores también presentan algún tipo de trastorno semejante.
La importancia psicológica de esta área en el desarrollo de las criaturas, justifica entonces el que se trate de difundir y hacer cada vez más pública esta información, tanto entre quienes ya son madres y padres de familia, pero igualmente entre los adultos en general, madres y padres potenciales. Definitivamente, se trata de un área fundamental en el ciclo del desarrollo, que requiere de nuestro tiempo y esfuerzo para reflexionar al respecto y tomar las precauciones pertinentes (Continuará).
