ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
(PSILAC)
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACION PSIQUIATRICA MEXICANA
(CUADRAGÉSIMA PRIMERA PARTE)
Sería injusto, ilógico e incompleto cerrar esta serie de reflexiones que se han ido desarrollando y presentando a lo largo de un año, tanto sobre los trastornos de ansiedad en los niños, como sobre su salud mental en general, sin hablar de las tendencias que existen en nuestros días respecto a las diferentes opciones de métodos terapéuticos que se pueden utilizar para éstos, un tema de suma importancia e interés para las familias. Por lo general en Psiquiatría, los tratamientos tienden a dividirse en dos ramas terapéuticas principales: por un lado, aquélla de orientación biológica, en la que naturalmente se toma en cuenta el uso de los muy diversos tipos de psicofármacos que existen en el mercado para tratar a los diferentes y variados trastornos psiquiátricos que conocemos en el presente. En esa misma rama naturalmente entraría la necesidad de hospitalizar al paciente, así como de los cuidados especiales que requieren en ciertos casos específicos, también bajo determinadas circunstancias específicas. Igualmente entraría en este rubro, la posibilidad de consultar a otros especialistas médicos cuando se considera necesario. Por otro lado, la segunda rama de tratamiento está más bien relacionada con lo que se conoce como métodos terapéuticos de orientación psicológica que existen a nuestra disposición, entre los que se encuentra principalmente una gran variedad de estilos de psicoterapia de múltiples orientaciones y filosofías, que además en nuestra época se han diversificado enormemente, lo cual con cierta razón suele confundir frecuentemente al público. Ello sucede debido a que en el presente, el término de psicoterapia o terapia psicológica se ha vuelto tan generalizado y popular que por lo mismo, ha llegado a sufrir una serie de simplificaciones y distorsiones al grado de convertirlo en muchas ocasiones en un término sumamente vago, impreciso y ambiguo que cualquiera puede utilizar libremente. Desgraciadamente, dentro de ese término, se incluye una gran variedad de maniobras de todos tipos y estilos, a veces más claras, sólidas y definidas, pero que en muchos otros casos suenan demasiado vagas e inciertas, sin que en ellas se lleguen a describir específicamente las bases, ni los criterios utilizados, o ni siquiera los objetivos que se intenta alcanzar, lo cual le da poca seriedad a este tipo de tratamientos. Se podría hablar de una tercera rama también importante respecto a las tendencias en los tratamientos en el campo de la salud mental, en la que se incluyen una serie de maniobras y actividades de tipo familiar, marital, grupal, social, religioso, legal, administrativo, deportivo, artístico, etc., que también llevan implícitos aspectos útiles y terapéuticos para el paciente.
En el caso de la Psiquiatría Infantil, y más específicamente en lo referente a los trastornos de ansiedad en los niños, que ha sido el tema que ha ocupado principalmente el contenido de esta columna, también existen estas tres ramas principales de orientación terapéutica, como son la biológica, la psicológica y la que podríamos denominar en forma general, como la rama psicosocial. Dentro de estas tres ramas, el tratamiento que en la actualidad se sigue considerando como el básico y de elección para este tipo de trastornos, es definitivamente el de orden psicológico, a base de diversos tipos de psicoterapia que se han puesto en práctica exitosamente, como se describirá más adelante. Asimismo, es también importante combinar este tipo de tratamiento con ciertas maniobras correspondientes en el capítulo de la tercera rama, a la que llamamos de orden psicosocial. La pregunta lógica después de este comentario, seguramente estaría dirigida a saber que sucedió con lo que se mencionó anteriormente como primera rama terapéutica, que es la de orientación biológica, y cuál es el papel que juega en el tratamiento de los trastornos de ansiedad infantiles.
Sabemos que en la actualidad, existen una gran variedad de medicamentos con los que se combate la ansiedad en los adultos con resultados excelentes, como es el caso de las benzodiazepinas e inclusive el de los también muy conocidos, como son los inhibidores selectivos de la recaptura de la serotonina, que entraron al mercado originalmente como antidepresivos, pero en los que además se ha encontrado en los últimos años que su uso rinde resultados magníficos en el tratamiento de una buena parte de los trastornos de ansiedad en los adultos. Sin embargo, a pesar de su popularidad y excelentes resultados en lo que se refiere a su uso para los adultos, hasta el momento, las investigaciones al respecto no han demostrado del todo que estos medicamentos tengan resultados semejantes en los niños. Esto se ha mantenido en EUA como un tema en discusión, espinoso y difícil de resolver todavía, por lo que oficialmente el uso de estos psicofármacos en aquel país no ha sido aprobado completamente por la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos), que es una comisión a nivel nacional, que se encarga precisamente de investigar a fondo todo producto de esta naturaleza que vaya a ser lanzado al mercado. De acuerdo a tales investigaciones, a los resultados de determinados estudios y a ciertos criterios específicos que se siguen, un medicamento puede o no ser aprobado por la FDA para su venta al público en aquel país (Continuará).