ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA A. C.
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACIÓN PSIQUÍATRICA MEXICANA
QUINCUÁGESIMA SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE
Como parte también de las actividades mencionadas la semana pasada, tenemos que tomar en cuenta además, otras que son de índole grupal y social que también pueden ser de gran ayuda para muchos de estos niños y niñas, gracias a la estimulación y al apoyo que en ellas se les puede brindar, tanto por medio del contacto y la interacción con los demás niños y niñas, como a través de la orientación y el apoyo que los líderes de tales grupos les ofrecen. Me refiero a las actividades como las que pueden encontrar en grupos del tipo de los boys o girls scouts, que estimulan el desarrollo físico y emocional de los participantes. A pesar de que para muchos de estos pacientes con trastornos de ansiedad, les pueda ser difícil integrarse al principio a estos grupos, a la larga tiende a resultar en una experiencia benéfica y terapéutica, sobre todo en el caso de aquellos niños mucho más solitarios, inseguros e introvertidos. Asimismo, suele ser muy útil cuando se trata de niños o niñas que son hijos únicos, o lo mismo en el caso de un varón rodeado de hermanitas, o una niña rodeada de hermanitos, en los que pueden acentuarse estos rasgos de soledad e inseguridad, como parte de su trastorno ansioso.
Aunado a todas estas recomendaciones que se han mencionado en las últimas semanas y que deben formar parte idealmente de un programa de tratamiento para niños y niñas que presenten trastornos de ansiedad en cualquiera de sus variedades, es menester tomar en cuenta otros aspectos igualmente indispensables. En primer lugar, es naturalmente necesario que cuando el paciente presente algún otro problema de tipo orgánico, lleve a cabo paralela y complementariamente las recomendaciones terapéuticas del pediatra que lo haya valorado y que esté llevando a cabo el seguimiento del caso, que en la mayoría de los casos suele ser su pediatra original. Hay ocasiones en que durante la evaluación clínica que efectúa el psiquiatra o el psicólogo infantil, se encuentran determinado tipo de problemas que requieren de la consulta especializada de un pediatra, por lo que debe ser canalizado en esa dirección para que su problema sea atendido. Es importante señalarlo, puesto que existen algunos profesionales de la salud que tienden a abarcar y programar tratamientos que realmente se encuentran fuera de su área de conocimientos y experiencia, sin canalizarlos a los especialistas correspondientes, lo que naturalmente puede resultar en tratamientos incompletos, que no funcionen de un modo adecuado, o que fracasen del todo. Una regla que vale la pena recordar siempre en el campo de la salud, es que cada uno de nosotros debemos poseer la humildad de limitarnos a nuestra área de trabajo y especialidad, sin pretender que lo sabemos todo, lo que puede hacernos traspasar tales límites, en un campo que es tan vasto y con tantos rincones oscuros y desconocidos todavía, como es el campo de la salud.
Cuando se ha detectado que existen problemas de tipo neurológico, endocrinológico, de visión, de audición, de lenguaje que son los que con mayor frecuencia se llegan a encontrar en nuestras valoraciones clínicas, lo ideal es que podamos canalizar al paciente con cualquiera de estos especialistas específicamente, para que se pueda llevar a cabo una valoración y tratamiento adecuado del problema. A pesar de que esas son algunas de las principales áreas en las que podemos detectar otro tipo de patología, igualmente podemos encontrarlas en diferentes y variadas áreas médicas, a las que obviamente se les tendrá que dar la importancia necesaria, para canalizarlos con el especialista adecuado. Tenemos que recordar, de que no obstante que en esta columna nos hemos referido a lo correspondiente una valoración clínica psiquiátrica, la información que generalmente recolectamos llega a ser tan completa y detallada, que gracias a ello nos permite detectar este otro tipo de problemas de índole físico, de modo que ello nos debería facilitar el que tales casos sean canalizados y atendidos adecuadamente por otros especialistas. Creo de manera muy clara y definitiva, que lo que se ha presentado en esta columna, es lo que solemos considerar como un modelo médico de tipo bio-psico-sociocultural, mediante el cual se trata de practicar una forma de medicina más global e integral. Gracias al hecho de tomar en cuenta todos estos aspectos en nuestro programa de tratamiento, intentamos atender así todas las necesidades básicas tanto de la salud mental como de la salud física del niño, de la niña y naturalmente de toda su familia, que representa ese núcleo y espacio vital del desarrollo. Este modelo no sólo es útil en el caso de aquellos pacientes con trastornos de ansiedad durante la infancia, sino en general con cualquier tipo de paciente que llega a nosotros en busca de ayuda.
Espero que esta larga y detallada descripción que se ha presentado de lo que son los trastornos de ansiedad durante la infancia, de los diversos tipos que existen, de la sintomatología que presentan, así como de los métodos de estudio, de diagnóstico y de tratamiento con los que contamos en nuestra época, sean de utilidad para todos aquellos lectores que hayan tenido el interés, la curiosidad y la paciencia para seguirme durante todas estas semanas que se iniciaron el año pasado como celebración del Día del Niño. Gracias por acompañarme. (Fin)