ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
CAPITULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACION PSIQUIATRICA MEXICANA
(TERCERA PARTE)
Al tomar en cuenta esta tríada de síntomas principales mencionados la semana pasada, es también muy importante aclarar un mito que se ha venido transmitiendo desde hace muchos años pero todavía en boga, que tiene que ver con la edad en la que se presenta este trastorno. Originalmente, cuando se le empezó a diagnosticar y a estudiar con mayor detalle, se pensaba que el TDAH era un trastorno específico de la infancia, que se presentaba especialmente en los varones, pero que una vez que éstos llegaban a la pubertad, los síntomas desaparecían y por ende, lo mismo sucedía con el trastorno. Posteriormente, como resultado de los primeros estudios longitudinales que se llevaron a cabo en grupos de estos niños en Canadá y Estados Unidos, y que fueron seguidos a partir de la década de los sesentas, se encontró con el tiempo que lo mencionado anteriormente no era del todo cierto. Se descubrió que aunque aproximadamente una tercera parte de estos chicos presentaban una desaparición de sus síntomas al llegar a la pubertad, había otra tercera parte de ellos en quienes disminuían los síntomas de hiperactividad e impulsividad, pero permanecían las dificultades de atención y de concentración en su vida como adolescentes y adultos. Igualmente se encontró que otra última tercera parte, representaba un grupo en quienes los síntomas no cambiaban en lo más mínimo durante la pubertad y los seguían presentando con la misma intensidad hasta llegar a la adultez y a través de la misma.
Lo que hemos aprendido y se ha confirmado en el presente, es que el TDAH, es un trastorno que se puede mantener vigente para toda la vida, con variaciones en la presentación de estos síntomas de acuerdo a la etapa de la que estemos hablando, sea en la infancia, la adolescencia o la adultez. Asimismo, se ha descubierto que tampoco es cierto que se presente exclusivamente en varones, sino que también existe un alto porcentaje de niñas, adolescentes y mujeres adultos que lo presentan, pero que por diversos tipos de factores de toda índole habían pasado desapercibidas, sin ser detectadas en los múltiples proyectos de investigación efectuados, y que no ha sido sino hasta en los últimos años, en que se ha prestado más atención al respecto. Es interesante observar en nuestro medio, tanto en los hogares como en las escuelas, el hecho de que un niño hiperactivo sea señalado y etiquetado como problemático desde el principio, lo cual no necesariamente sucede de la misma forma con las niñas, cuya hiperactividad puede ser justificada o tolerada en mayor grado, sin que necesariamente llegue a ser canalizada hacia los servicios de salud mental.
Al referirnos a los problemas de atención y concentración que se presentan en la infancia, nos referimos a la dificultad que estos chicos tienen para enfocarse en un tema o una actividad específica por espacios prolongados de tiempo, que igualmente puede suceder en el salón de clases con los maestros, con las tareas o los trabajos a efectuar, con las órdenes que reciben de sus padres, o lo mismo con las conversaciones que tienen con ellos, o con sus familiares, e incluso hasta con sus amigos y compañeros. Esta dificultad para mantener su atención y poder concentrarse limita naturalmente su capacidad de retención y de memoria, al grado que los conocimientos pueden entrar y salir rápidamente de sus mentes, quizás tan rápido como sucede con las imágenes de la pantalla televisiva, de modo que todo se les olvida muy fácilmente, precisamente porque su registro en la memoria ha sido superficial y volátil. Son individuos que se distraen muy fácilmente con cualquier tipo de estímulo presente a su alrededor, lo que determina que intenten seguir todos esos estímulos al mismo tiempo, y que obviamente la consecuencia es que no logren mantenerse constante con ninguno. Este problema de la atención repercute además en la dificultad que tienen para seguir instrucciones o para llevar a cabo diferentes tipos de tareas, especialmente cuando éstas son demasiado largas o están divididas en múltiples áreas que idealmente deberían memorizar. Ello se manifiesta más abiertamente en el funcionamiento diario de la escuela con respecto a los trabajos y tareas a llevar a cabo, pero igualmente en el hogar en las instrucciones o peticiones que recibe de sus padres o hermanos, e inclusive en el seguir determinados juegos con los compañeros y amigos. Debido a este problema, estos chicos y chicas dan la impresión de no estar escuchando lo que se les dice, lo que en ocasiones hace pensar a los padres o a los maestros que se trata de algún problema de audición, cuando en realidad lo que sucede es que están pensando en otras cosas, ya sea distraídos por los estímulos externos, pero también por los internos en cuanto a sus propios pensamientos, deseos y fantasías. Otra de las consecuencias de este síntoma de inatención, es que con mucha frecuencia, estos sujetos pierden sus cuadernos, libros, mochilas, ropa, objetos personales, juguetes, etc., que descuidadamente dejan olvidados en cualquier parte sin siquiera darse cuenta que lo hicieron. Finalmente, como parte de estos mismos problemas de atención y concentración, estos chicos y chicas no mantienen una constancia en sus actividades, ya que pueden iniciar alguna con mucho gusto y entusiasmo, pero pierden el interés muy rápidamente, de modo que la hacen a un lado, para proseguir con otra que les llamó más la atención, con la que también sucede lo mismo que con la primera y así sucesivamente se van de una a otra, sin llegar a terminar ninguna de ellas, lo cual obviamente también repercute en su vida personal a nivel escolar, familiar, social, etc., debido a esta inconstancia tan característica (Continuará).