ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC).
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(DÉCIMA PRIMERA PARTE)
Dentro de esa misma área, en la que se han descrito los llamados síntomas sociales en estos individuos que padecen TDAH, se han descrito además otros dos incisos que también se han considerado significativos, ya que se encuentran presentes en un buen porcentaje de ellos. Los ya descritos en columnas anteriores rasgos específicos de este trastorno, les hace muy difícil a estos sujetos el poder integrarse en los diferentes tipos de grupos a los que tendrán que enfrentarse desde la infancia y a lo largo de su vida. Tal dificultad viene a ser el resultado en parte, de esa tendencia que les caracteriza en cuanto a rebelarse contra las normas y las autoridades, ya que generalmente buscan imponer las propias con ese estilo dominante y hasta poco flexible para negociar, a la vez que su necesidad de separarse de los demás en esa búsqueda de espacio y de independencia. Durante la infancia, cuando estos niños se llegan a sentir aislados y rechazados porque no han sido capaces de aprender a integrarse al grupo de pares, ya sea en la comunidad escolar o en su vecindario, buscan entonces la compañía de niños menores a su edad o de aquéllos que pertenecen a un nivel socioeconómico más bajo, con quienes les puede resultar más fácil imponerse y dominarlos para lograr sus objetivos, de modo que se lleguen a sentir más aceptados. En otros casos, la tendencia se orienta entonces hacia la búsqueda de grupos de niños de mayor edad, con los que tampoco les es fácil imponerse y dominarlos debido precisamente a esa diferencia de edades, pero con los cuales tienden a identificarse como modelos. Asimismo, logran ser integrados con cierta facilidad en este grupo, gracias al hecho de ser percibidos como las mascotas o “los chiquitos”, porque son simpáticos y graciosos por sus travesuras y ocurrencias, hecho que además les confiere el privilegio de ser cobijados bajo las alas de los niños más grandes, que los adoptan como si se tratara del hermanito menor. Todavía puede existir una tercera opción, que sucede con cierta frecuencia cuando estos niños no logran integrarse en cualquiera de los dos grupos mencionados anteriormente; tal opción consiste en integrarse a los grupos de niñas, ya sean de su edad, mayores o menores. En general suelen ser aceptados con facilidad en estos grupos, especialmente en aquellos casos en los que estos niños presentan ciertos rasgos afeminados, o inclusive un cierto grado de desorientación en lo relativo a su identidad de género.
Aunque estas características sociales no han sido del todo investigadas, ni tampoco descritas en forma tan detallada entre los adolescentes y los adultos, como en el caso de los niños, se puede deducir que algo muy similar sucede asimismo durante las siguientes etapas de la vida. Tenemos que tomar en cuenta, que la descripción del TDAH entre los adultos, es un tema relativamente reciente, por lo que no hay suficiente información al respecto, y más específicamente en el área de los síntomas sociales. En los estudios que existen sobre el seguimiento de niños a través de los años hasta llegar a la pubertad y a la etapa de adultos, como es el caso de varios estudios longitudinales efectuados en Canadá, Estados Unidos y Australia, los resultados describen en mayor proporción rasgos como la poca constancia que estos individuos manifiestan en lo que se refiere a mantener algún tipo de trabajo estable, así como algo similar en lo que se refiere a sus relaciones de pareja. A pesar de que no se menciona específicamente la facilidad o dificultad que presentan para integrarse a sus grupos de pares, se puede deducir que habrá dificultades parecidas a lo que se ha mencionado en el caso de los niños, especialmente cuando estos adultos mantienen en forma muy completa todo ese repertorio ya mencionado de síntomas y rasgos característicos del TDAH, rasgos que posiblemente les haga caer en frecuentes situaciones de choque y en confrontaciones con sus semejantes en el ambiente social. Su impulsividad en las conductas, así como en el lenguaje, los convierte en sujetos que pueden ser percibidos como bastante imprudentes, indiscretos, faltos de tacto y de respeto para con los demás, que son rasgos que no les facilitan definitivamente la entrada a muchos círculos sociales (Continuará).