NUESTRA SALUD MENTAL
ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C. (PSILAC)
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
(DÉCIMA CUARTA PARTE)
El último síntoma que ha sido reportado como parte de las dificultades sociales que presentan estos individuos y que nos faltaba mencionar y describir, tiene que ver con sus patrones de comunicación. Se trata de una especie de incapacidad importante que ellos presentan para lograr captar, leer y decodificar los símbolos y señales sociales que en forma específica y característica se han desarrollado dentro de cada sociedad y cultura. Es decir, que a lo largo de la historia de la humanidad, cada grupo social y cultural ha desarrollado todo un complejo lenguaje específico en base a una serie de signos y de símbolos, verbales y no verbales, por medio de los cuales se rige, se relaciona, interactúa y facilita la comunicación entre los miembros que pertenecen a dicho grupo. Al parecer, en el caso de los chicos que padecen TDAH, según se ha deducido a lo largo del tiempo por medio de una serie de estudios que se han llevado a cabo en ellos, se ha encontrado que debido a cierto tipo de problemas de origen neurológico que presentan en su área de la percepción, carecen por lo tanto de esa capacidad para captar, reconocer, decodificar, comprender e interpretar tales símbolos y señales. El resultado entonces, es que estos chicos tienden a captar tales señales en estilos erróneos e inadecuados, lo que obviamente los hace responder también en estilos opuestos e inadecuados de acuerdo a lo que se espera de ellos, dentro de lo que serían los patrones socialmente aceptados. Por lo mismo, tal estilo de comunicación tan personal, sui géneris y fuera de lo común que les caracteriza, trae como resultado una serie de conductas y actitudes que constantemente los suelen poner en aprietos y en conflictos de mayor o menor importancia en el ambiente social en el que se mueven y se desarrollan. Esta situación se convierte además en un factor extra que determina su aislamiento y marginación dentro de los grupos y de los diferentes ambientes sociales a los que pertenecen.
Es muy probable que este último síntoma que se ha mencionado y que tiene que ver con el funcionamiento neurológico de estos individuos en lo que respecta a su estilo de captar, decodificar, registrar y procesar la información, también se relacione con otras dificultades que presentan en su sistema de lo que algunos investigadores americanos han denominado del “input” y el “output” de tal información, de acuerdo al modelo de tipo cibernético que utilizan como parte de sus teorías. A pesar de que hasta ahora, los resultados de las pruebas de gabinete en la mayoría de ellos, como son el electroencefalograma (EEG), la tomografía o la resonancia magnética (RM), no manifiestan evidencia de daño cerebral, si se han detectado cierto tipo de alteraciones funcionales variadas en lo que respecta a la aplicación de ciertas pruebas de tipo neuropsicológico. Algunas de estas alteraciones se pueden manifestar en el área de la percepción como se mencionó anteriormente, al igual que sería el caso de la confusión, la rotación y la inversión de letras y de figuras, o inclusive las dificultades relacionadas con la percepción del esquema figura-fondo. Esta última inclusive se puede reflejar además en la confusión que presentan en ocasiones en lo respectivo a la posición y la postura de sus cuerpos. Otras dificultades detectadas tienen que ver con la secuencia, la abstracción y la organización de la información que reciben a diario, pero también con la retención de la misma, es decir con lo que sería su registro en la memoria. A la vez, estos niños tienden a presentar desde muy temprano alteraciones en otras áreas que se relacionan con sus síntomas, como sucede en lo referente al desarrollo de su lenguaje por un lado, lo que posteriormente viene a repercutir además en el aprendizaje de la lectura y de la escritura, como definitivamente se puede confirmar en tantos de ellos durante sus primeros años de educación primaria. Estos chicos asimismo, suelen llegar a presentar alteraciones en cuanto a su orientación en los espacios, al igual que en el área de su coordinación visomotora, lo que frecuentemente se viene a reflejar en su dificultad para practicar cierto tipo de deportes o de ejercicio físico. Al parecer, aunque este tipo de alteraciones pueden corregirse con el tiempo durante su educación escolar y por otros medios, no es raro que persistan de por vida en mayor o menor grado, entre los adolescentes y los adultos (Continuará).
