ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A C.
(PSILAC).
CAPITULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACION PSIQUIATRICA MEXICANA
(DÉCIMA NOVENA PARTE)
No se podría finalizar este capítulo sobre la comorbilidad del TDAH, es decir del tipo de trastornos que se pueden presentar paralelamente y en combinación con el mismo, sin mencionar la posible presencia de alguno o de varios de los diversos trastornos de aprendizaje que también existe. Este tipo de trastornos suelen presentarse con bastante frecuencia en los niños o las niñas, y cuando desgraciadamente, no son detectados y corregidos a edad temprana, llevan el riesgo como sucede con cualquier otro trastorno, de prolongarse a través de la vida, con secuelas mucho muy importantes, que van a limitar el funcionamiento académico y laboral de cada persona, así como su desarrollo personal emocional. Por lo mismo, al llevar a cabo una valoración clínica de cualquier individuo que presente TDAH, es muy importante diferenciar entre dos condiciones básicas relacionadas con el aprendizaje. En el primer caso, puede encontrarse cierto grado de atraso académico en ellos, debido a los problemas de atención y de concentración que han presentado siempre, y que a la larga determinan ese retraso en su preparación y en su funcionamiento académico global. En el segundo caso, es necesario determinar si existe la presencia de alguno de los trastornos de aprendizaje a los que me refiero en esta columna, y que son trastornos con síntomas específicos descritos en las clasificaciones internacionales. Básicamente se trata de tres tipos: el primero tiene que ver con el aprendizaje, ya sea de la lectura, las matemáticas o la expresión escrita. El segundo está relacionado con la comunicación, como es el caso del trastorno del lenguaje expresivo, del trastorno mixto del lenguaje expresivo y receptivo y del trastorno fonológico o de la articulación y la tartamudez. El tercer tipo comprende lo referente a los trastornos de las capacidades motoras, como sucede con el trastorno en el desarrollo de la coordinación.
De acuerdo a cada una de estas áreas específicas del aprendizaje, es importante el valorarlas durante una evaluación clínica completa, ya que los trastornos mencionados se encuentran presentes y pueden ser detectados desde las edades más tempranas en los niños y las niñas. Su detección, diagnóstico y programa de tratamiento lo más pronto posible es de suma importancia, puesto que van a influir notoriamente en el proceso del desarrollo y del aprendizaje de cada sujeto, no sólo durante la infancia, a pesar de que desde ahí sentarán sus bases, sino a lo largo de toda la vida. Al igual que se ha mencionado con respecto a los demás trastornos que se combinan con el TDAH, con excepción de los trastornos de conducta que son muy escandalosos y por lo mismo se detectan con gran facilidad, los trastornos del aprendizaje desgraciadamente suelen pasar desapercibidos en un alto porcentaje de los casos en estos chicos. Suele suceder con frecuencia que los padres, los maestros e inclusive otros profesionales que los consultan tienden a enfocarse principalmente y a veces solamente a los síntomas típicos del TDAH, ya que son los más visibles y estruendosos, pero descuidan el llevar a cabo una completa evaluación del proceso del aprendizaje, aún en las mismas instituciones escolares, lo que determina que no se les detecte ni diagnostique a tiempo y que por lo mismo, tampoco se les brinde ningún tipo de ayuda. Tal situación determina, el que en un alto porcentaje podamos encontrar adolescentes y adultos que llevan arrastrando las secuelas de dichos trastornos. Es por ello importante que dentro de la valoración clínica que se haga de cada paciente, se añada a su vez una muy cuidadosa valoración de las capacidades respecto al aprendizaje de cada uno de ellos, en cuanto a la lectura, la escritura, las matemáticas, el lenguaje expresivo y receptivo y la articulación. En el caso de muchos de estos niños o niñas, no se les presta la suficiente atención a las dificultades de lenguaje que presentan desde muy pequeños, porque se califican como rasgos graciosos o simpáticos de la criatura, que divierten y hacen reír a los adultos en la familia. Es así como se desarrollan ciertos tipos de patrones familiares que festejan estos trastornos, ya que no son considerados como tales, y por lo tanto, tampoco son referidos a los profesionistas adecuados Es así como se deja pasar el tiempo, tanto en la familia como en las escuelas, con las consecuentes secuelas que ello traerá a la larga.
Al igual que se ha mencionado en el caso de los demás trastornos que se presentan en forma paralela con el TDAH, es indispensable que los profesionales que se encargan de consultar a estos chicos, valoren cuidadosamente la presencia de déficits en cualquiera de estas áreas, sin dejarse deslumbrar o confundir exclusivamente por los síntomas del TDAH. En esa forma se logrará detectarlos, diagnosticarlos y tratarlos o canalizarlos también al profesional adecuado, que en este caso deberá ser alguien especializado que pertenezca al área de la pedagogía o de la neuropsicología (Continuará).