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Nuestro concepto| 14 días de huelga

Hoy se cumplen dos semanas de la huelga en el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) de Torreón y los problemas de la empresa se acumulan mientras no se ve una pronta salida al conflicto.

El lunes 16 de abril, alrededor de 400 trabajadores sindicalizados rechazaron la propuesta de aumento salarial del 5 por ciento del Simas y decidieron irse a huelga, exigiendo un incremento del 7.5 por ciento. La paramunicipal activó inmediatamente un plan de contingencia para atender cualquier falla que se presentara en el servicio de agua potable y de drenaje sanitario.

Contrario a lo que se esperaba, durante los primeros días de la huelga no se presentaron problemas mayores e, incluso, el número de quejas ciudadanas disminuyó considerablemente.

Pero los inconvenientes no tardaron mucho en llegar. El 20 de abril, se evidenció la urgencia de reparar cinco colectores colapsados, por lo que la gerencia del Simas presentó una solicitud en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) para incrementar el número de trabajadores disponibles para el plan de contingencia y así realizar las labores de reparación. Un día antes, la empresa paramunicipal había interpuesto en la misma instancia un recurso para declarar inexistente la huelga. El 26 y el 27 de abril, sendos reveses recibió la parte patronal del conflicto cuando el sindicato se negó a autorizar la integración de más trabajadores a las cuadrillas y luego cuando la JLCA dictaminó que la huelga era válida.

Para resolver el asunto de los colectores, el Simas decidió contratar a cinco empresas, pero otra vez la Junta le asestó un golpe al declarar que el organismo operador incurría en una ilegalidad a intentar sustituir a los trabajadores sindicalizados.

Una vez cumplida la primera semana del conflicto, saltó otro problema. Las empresas proveedoras comenzaron a verse afectadas por la retención del pago por parte de Simas, la cual se calculó en 4 millones de pesos sólo en los primeros 7 días de paro. A esta situación se suma la retención del pago a los trabajadores del sistema, cuya nómina semanal asciende a 6 millones de pesos. Además, desde que se tomaron las oficinas centrales, los funcionarios de la paramunicipal operan desde un hotel de la localidad, con el que están generando un adeudo por el servicio.

En cuanto a la atención de fallas, la buena racha se terminó el 28 de abril. La demora de 10 horas en la reparación de una gran fuga de agua potable en la colonia Alamedas evidenció la poca capacidad de respuesta para atender problemas mayores durante la huelga y anticipó un escenario más complicado en caso de prolongarse el paro.

Así, pues, a dos semanas de iniciado el conflicto, mientras que la solución parece cada vez más lejana, los problemas en la empresa que brinda el servicio público más importante de la ciudad, se van acumulando.

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