La primer semana de 2007 adelanta un año nada fácil para Torreón y su Gobierno. Cuatro hechos ocurridos en estos días presagian doce meses de dificultades.
Primero, el director de Desarrollo Urbano Municipal, Alberto Hermosillo, dio a conocer que luego de revisar ?con lupa? el proyecto del puente sobre la carretera Torreón-San Pedro en el entronque con la vía a La Unión, fue necesario hacer ?correcciones? debido a omisiones de la empresa contratada por el Gobierno del Estado.
La reacción no se hizo esperar. Virgilio Verduzco, subsecretario de Obras Públicas, negó que el proyecto estuviera mal elaborado ya que, argumentó, los arreglos hechos por el Ayuntamiento correspondía a éste definirlos y no a la empresa proyectista.
Este hecho significó el primer enfrentamiento del año entre ambos gobiernos. Otra situación negativa fue la que se presentó en relación a los semáforos del crucero de la calzada Antonio de Juambelz y avenida Juárez, los cuales duraron más de diez días sin funcionar, ya que el Municipio esperaba que el automovilista que se estrelló en la base de uno de ellos, pagara los daños.
Luego vino otra diferencia entre Estado y Municipio. El primer regidor Pedro Ávila cuestionó que la Secretaría de Seguridad Pública condicionara la entrega de recursos para el fideicomiso a que éstos fueran utilizados en equipamiento y no en gastos administrativos. Fausto Destenave, titular de la dependencia estatal, no tardó en responder y luego de contradecir al edil, expresó que el Municipio no estaba respetando el ?espíritu? del fideicomiso de seguridad al usar el dinero en gasto corriente, tal y como sucedió en 2006.
Por si fuera poco, en la semana que recién terminó se dio a conocer que las obras del par vial Madero-Comonfort están retrasadas un mes y que el rezago se debe a que el Ayuntamiento no contempló desde un principio la reposición de las redes de drenaje y agua potable. Además, los trabajos han ocasionado muchas molestias a vecinos del sector y a los automovilistas, quienes han externado su enojo.
Todas estos inconvenientes ocurridos en un lapso de siete días, no permiten hacer un pronóstico favorable del año que apenas arranca. Las autoridades, sin duda, deben ?ponerse las pilas?, para bien de la ciudadanía y de ellas mismas.
