La fractura que se vive en el PAN a nivel nacional con el enfrentamiento entre el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa y el dirigente nacional del partido, Manuel Espino, ya adquirió tintes locales. El albiazul en Torreón se encuentra dividido, el motivo: las aspiraciones políticas de los legisladores Guillermo Anaya, Jesús de León y del alcalde, José Ángel Pérez.
Es legítimo que los políticos tengan aspiraciones, lo que no se vale es que el funcionario público descuide su trabajo por pensar en estrategias políticas que lo lleven a alcanzar su próxima meta. Es muy poco ético pensar en ser gobernador cuando se tiene como mandato ser un buen alcalde o senador. Tampoco se vale descuidar la diputación federal para venir a hacer “grilla” a Torreón con el sueño de ser presidente municipal.
José Ángel Pérez es el primer alcalde de Torreón cuyo mandato será de cuatro años. Sin embargo, la expectativa de que por ser un periodo más largo se concretarían mejores proyectos para la ciudad poco a poco se ha ido desvaneciendo. José Ángel Pérez parece más preocupado en promocionar su imagen con miras a la gubernatura que por arreglar los problemas de seguridad, ambulantaje y falta de agua que enfrenta la ciudad. Mención aparte merece el atraso que registran las obras que actualmente ejecuta el Municipio.
Por su parte Jesús de León Tello, diputado federal, se ocupa más en revivir viejas heridas y añejos pleitos con José Ángel Pérez, quien lo derrotara en la contienda interna del PAN, que en ser un buen legislador. ¿Alguien recuerda alguna iniciativa de Ley promovida por el joven panista? En la memoria tampoco se tiene el recuerdo de alguna gestión de apoyos realizada por Chuy de León. La gente sólo se acuerda de él como diputado por aparecer detrás de Felipe Calderón en la foto de la toma de protesta.
Guillermo Anaya ya fue alcalde, ahora como senador muchos lo ven como el candidato natural de Acción Nacional para la gubernatura, sobre todo por su relación de compadrazgo con Calderón Hinojosa. Sin embargo, al igual que los otros panistas laguneros, Guillermo Anaya ha descuidado su trabajo como senador por ir allanando el camino rumbo a la gubernatura. Muy poco se sabe de su trabajo realizado en el Senado.
Es necesario que tanto los legisladores como el alcalde tomen conciencia que las ciudadanía votó por ellos para que trabajaran por el bien de Torreón y no perdieran el tiempo en “grillas”. La mejor carta de un político para ganar las elecciones es el trabajo y no las descalificaciones.
