El mismo servicio, pero cada vez más caro. Ésa ha sido la historia del transporte urbano colectivo en Torreón hasta hoy.
El sábado tres de febrero entraron en vigor las nuevas tarifas. Los usuarios ya se habrán percatado que los camiones que a diario recorren las calles de la ciudad, tienen un engomado de color en el que se especifica lo que cada unidad debe cobrarles. Los vehículos con engomado amarillo, cuyos concesionarios no han firmado los convenios de modernización, deben seguir cobrando 3.30 pesos en tarifa normal y 1.60 preferencial; los de distintivo naranja, cuyos dueños signaron los compromisos, pueden cobrar 4.50 pesos y 2.50, y los de azul, que son camiones panorámicos, 5 y 3 pesos.
Este aumento diferenciado en un servicio de vital importancia para muchísimos ciudadanos, se da en un momento difícil en el que varios productos de consumo básico se han encarecido. La economía familiar se ve mermada aún más.
Las autoridades municipales justifican el incremento en el transporte con el argumento de que por fin la ciudad tendrá un mejor servicio. Pese a que la mayoría de los camiones ya cobra más a los usuarios, éstos sufren aún la deficiente calidad de las unidades y el maltrato de los choferes.
Según el director de Autotransporte, Ernesto Cuéllar Galindo, la modernización será una realidad en un periodo de entre seis meses y un año, tiempo en el cual espera que los transportistas adquieran vehículos nuevos y los dispositivos necesarios para usar el sistema de pre-pago.
Falta ver si lo anterior ocurre y qué va a pasar con los concesionarios que siguen renuentes a incorporarse al programa de modernización propuesto por la Administración de José Ángel Pérez. La historia no permite ser optimista. Otros gobiernos han planteado mejoras en el servicio, pero no han tenido éxito. Lo único que siempre se concreta es el aumento en la tarifa. Esperemos que esta vez no ocurra lo mismo.