Don Arnoldo Ríos goza cada vez que canta a sus “viejitos”. (Archivo)
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Durante 22 años, Don Arnoldo Rubio Yánez perteneció al Ejército Mexicano. Inició como soldado raso pero llegó a adquirir el título de teniente.
Habla de su estancia en las fuerzas armadas con gusto, vivió tantas cosas tan bonitas... casi tan bellas como las que está pasando ahora como cantante. Sí, desde hace un año y diez meses, este hombre originario del DF pero lagunero de corazón, se animó a cantar públicamente. Don Arnoldo accedió ante la insistencia de una de sus nueras, quien a sabiendas de su gusto por la interpretación le sugirió que acudiera a la Alameda Zaragoza.
Sus ojos se llenan de lágrimas cuando recuerda algo de lo que sus “viejitos” le han dicho; lo llenan de bendiciones y le piden a Dios que lo conserve mucho tiempo más para que les siga cantando boleros y una que otra ranchera.
“Aquí la gente es encantadora, no se burla ni chifla, al contrario, cuando uno se adelanta a la pista te dicen que te esperes o bien te soplan la canción”.
No sabe a ciencia cierta en qué momento inició su gusto por el canto, pero lo que sí recuerda perfectamente es que a los ocho años de edad ya entonaba en la esquina de su casa, junto con sus amigos México Lindo y Querido, que en ese tiempo interpretaba Jorge Negrete.
Cuando entró al ejército, Don Arnoldo tuvo qué dejar el canto de lado... pero sólo por un tiempo, pues participaba en los certámenes culturales que organizaba la Secretaría de la Defensa Nacional, llegando a ganar algunos de ellos. En su maletín carga los cuatro discos compactos que hasta el momento ha grabado. Con un dejo de orgullo, dice que se da el gusto de grabar hasta 20 canciones en dos horas. “Me gusta cantarle al amor y a la mujer porque de ella venimos, con ella vivimos y con ella nos vamos (pues asegura que la muerte es mujer)”.
Sus temas son de Julio Jaramillo, de varios tríos y de Los Bribones. Por el momento no tiene planeado realizar otro compacto, pues entre los cuatro que tiene ya suman 74 temas “que tengo que aprenderme muy bien para entonarlas cada domingo, digo, porque ahí (en La Alameda y el Bosque) se entrega el corazón, el alma. Lo que trato es que mi interpretación entre al corazón de la gente y que sienta que vibra su cuerpo”.
Uno de los recuerdos que Don Arnoldo guarda con gran cariño, es la vez que tuvo oportunidad de cantar con la gran María de Lourdes, sin embargo no cambia todos los momentos que ha vivido con su público, al que no pierde oportunidad de decirle “!a la gente de La Laguna la quiero mucho!”.
Él jamás ha tenido un maestro de canto, tampoco ha tenido quién lo guíe; en ese rubro sólo ha contado con el apoyo de su esposa, quien en muchas ocasiones le ayuda a entrar a tiempo a las pistas.
Don Arnoldo ya no carga armas, tampoco anda vestido de militar, cambio todo eso por los micrófonos, la música, los aplausos... y aunque no recibe ni un centavo por sus actuaciones, siempre lo hace por gusto.
“Lo único que le pido a Dios es que el amor siga trabajando en el mundo, que nuestros hijos recapaciten un poco... estoy dispuesto a hacer eventos de beneficencia, cuando sea por una buena causa siempre estaré presente”.
Las personas que deseen conocerlo pueden acudir los domingos al Bosque y La alameda, mientras que los miércoles, viernes y sábados canta en la Plaza de Armas.