Luis Eduardo Aute tiende la mano a tabasqueños. (El Universal)
El Universal
MÉXICO, DF.- “La muerte se transforma en alegría, pero lamentablemente ésta no se reparte”. Tras pronunciar esa frase, Luis Eduardo Aute pidió un silencio al público y entonces mostró su solidaridad con los tabasqueños ante la devastación que enfrentan desde hace varios días.
“Ojalá tengan una feliz y pronta recuperación”, agregó el cantautor español, para luego interpretar el tema Naves Quemadas. Tras su gesto de solidaridad con los mexicanos, Aute se preparó para ofrecer una velada de celebración a la muerte, de homenaje al amor y poesía beatlesiana, pero sobre todo de utopía empedernida, porque como él mismo afirmó: “Las utopías no existen, pero siempre son válidas para seguir andando”.
Fueron cerca de 40 mil personas las que acudieron la noche del jueves a la plancha del Zócalo, escenario que por segunda ocasión cobijó a Aute (la primera fue hace siete años con su colega Pablo Milanés). En esta ocasión, el también artista plástico se hizo acompañar por Óscar Chávez, a quien “sin querer queriendo”, como dicen por ahí en la TV, le robó la noche.
Y es que el cantautor prolongó su recital más de 30 minutos del tiempo planeado, acción que no fue precisamente del todo gracioso para Chávez, que si bien fue diplomático para manifestar que se sintió “incómodo” porque le restaron tiempo, sí lanzó algunas frases indirectas al español.
En punto de las 20:00 horas, Luis Eduardo Aute subió al entarimado acompañado de su grupo, en el que destacó la presencia de una bella “cosita” de nombre Cristina Narea.
“Si John Lennon estuviera vivo, él pensaría que otro mundo es posible, y yo estaría de acuerdo con él”, expresó Aute, para dar paso a su versión de Imagine, titulado Imaginación.
Pero así como llegó el homenaje a Lennon, vino el respectivo a Sharon Stone, cuya belleza no sólo es uno de los atributos de la estadounidense que enloquece al español, también su inteligencia y su madera como actriz.
“Habría que poner un monumento de Sharon Stone aquí en el zócalo”, mencionó Aute al público, que paciente aguardó parado durante varias horas para verlo de cerca.
Fueron más de una veintena los temas que pasaron por el repertorio de Aute entre ellos Cada vez que me Amas, Alevosía, Esta Noche y Las Cuatro y Diez.
De Alguna Manera y La Belleza también sonaron durante la velada, pero la euforia se desató cuando llegó Sin tu Latido.
Entonces, anunció “Con mucho riesgo estrenaré una canción que acabo de terminar en el camerino”. Los primeros acordes de Rosas en el Mar sonaron en el primer cuadro de la Ciudad de México, y el público coreó de forma emocionante; luego realizó el tradicional “encore” (vuelta al escenario) y prolongó su actuación más de 30 minutos. Posteriormente Óscar Chávez en un tono irónico, expresó “Todavía alcanzan el metro, ¿verdad? ¿Es cierto que alcanzan el metro? Porque igual podemos terminar antes”. Después, saludó cordial a Luis Eduardo Aute. “Siempre será bienvenido a este país.”
Tras una serie de problemas técnicos, que involucró a uno de los músicos de Óscar y al ingeniero de sonido, Chávez interpretó La Bruja, El Pijul, El Pájaro y el Chanate.