Un retrato gigante de Ingrid Betancourt, retenida por las FARC, fue colocado en el hotel de la Villa en París, Francia. La suerte de Betancourt es uno de los asuntos más importantes del momento para el Gobierno francés. (Fotografías de EFE)
Tras años de negativas y bajo presión internacional, el presidente Álvaro Uribe ofreció ayer cualquier “zona rural” del país para un encuentro de sus delegados y de la Iglesia Católica con los líderes guerrilleros de las FARC para negociar un canje de secuestrados por insurgentes en prisión.
“Debe ser alrededor de 150 kilómetros en zona rural, donde no haya puestos militares y policías que sea necesario remover, preferiblemente sin población civil o con muy poca población”, dijo Uribe en un discurso en una academia policial en Bogotá.
Aclaró que tomó la decisión por razones humanitarias. Entre los principales secuestrados figura la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt, capturada en febrero del 2002 y por quien ha intervenido el presidente de Francia Nicolas Sarkozy, pidiendo esta semana públicamente al jefe de las FARC, Manuel Marulanda, que la libere.
“Compatriotas hemos hecho y haremos todos los esfuerzos de corazón por la liberación de nuestros secuestrados”, dijo Uribe. “La Iglesia Católica y la Comisión Nacional de Conciliación nos proponen una zona de encuentro. El Gobierno manifiesta la disposición de aceptarla”, aseguró.
Explicó que la zona tendría “la presencia de observadores internacionales y allí los presentes, para definir el intercambio humanitario, no deberían estar armados”, señaló. Agregó que el local exacto de esa zona sería definida por su Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo y miembros de la Iglesia en conversaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El mandatario había dicho en la víspera que no accedería a un retiro de militares y policías de una zona colombiana, como demandan las FARC desde hace años para poder negociar el intercambio.
Uribe dijo que la condición que deben cumplir los guerrilleros de las FARC que salgan de las cárceles, en el marco de un eventual acuerdo humanitario, es que no vuelvan a delinquir.
El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, informó que la zona que se escoja tendrá una vigencia de 30 días y en ella “nadie” podrá entrar armado.
Agregó que el Gobierno le ha solicitado a la Cruz Roja Internacional que contacte a los insurgentes para que le permitan a sus miembros verificar el estado de salud de los secuestrados.
Uribe dijo que el Gobierno también dispone de un fondo de 100 millones de dólares para pagar recompensas a guerrilleros que decidan desertar y llevar consigo a uno o más secuestrados.
Para el analista César Restrepo, de la Fundación Seguridad y Democracia, Uribe hizo la propuesta porque “está sintiendo enorme presión de la comunidad internacional, está tratando de mostrar que no es él quien mantiene a estos rehenes en cautiverio”.
Los rebeldes han exigido el despeje de Fuerza pública como garantía de seguridad de sus voceros en la zona que deberá tener una extensión de 180 kilómetros cuadrados y ubicada en los municipios de Pradera y Florida, en el departamento del Valle del Cauca, en el suroeste colombiano.
Hijo de Ingrid le envía mensaje
Lorenzo, hijo de la secuestrada Ingrid Betancourt, le envió ayer un mensaje a su madre que se encuentra en selva colombiana en manos de la guerrilla FARC. En tanto, el Gobierno francés informó que agentes suyos han estado en contacto con los rebeldes.
“Quiero que estés segura que no ha pasado un día desde el secuestro sin que piense en ti”, expresó el adolescente a su madre. “Te amo con toda mi alma. Las palabras no son suficientes para decirte cuánto me haces falta”, le dijo con su voz firme en un mensaje por la radio RFI, que fue transmitido en Colombia.
Han transcurrido casi seis años desde que Betancourt, que tiene la doble ciudadanía francesa y colombiana, fue secuestrada por los guerrilleros mientras realizaba su campaña presidencial en 2002. Sus hijos y el presidente Nicolas Sarkozy temen que esté perdida, y esperan que los mensajes de radio puedan reavivar su instituto de supervivencia.
Lorenzo, de 19 años, tenía sólo 13 años cuando vio por última vez a su madre. En el mensaje radial la llamó “mi mamita linda de mi corazón”.
“Mami, tú me quieres ver vivir, y yo quiero que vivas”, le dijo el joven a Betancourt. “Yo quiero que comas lo mejor posible y que tengas el deseo de vivir”.
En la radio, Lorenzo le contó a su madre que estudia en la universidad de la Sorbona, en París, y que se fue de vacaciones a la isla de Córcega.
Melanie, que estudia cine en Nueva York, le dijo a su madre:
“Ánimo, por favor, mamita linda. Ánimo porque vas a regresar a la casa”, expresó Melanie. “Tienes que cuidarte, eso es lo más importante para mí. Que te mantengas fuerte mientras nosotros aceleramos todo para que regreses lo más pronto posible, mi mamita linda”.
Los dos planean enviarle mensajes a su madre todos los lunes, miércoles y viernes, como ella les pidió en una carta.
