En el lugar abundan las moscas, además de los animales vivos y muertos.
El Siglo de Durango
PÁNUCO DE CORONADO, DGO.- Habitantes de la colonia Bella Vista y ejidatarios desde hace seis años tienen que soportar la contaminación que emite el basurero municipal, sin que las autoridades den una solución real a su problema, a pesar de que el daño que el tiradero genera es evidente.
El tiradero de desechos sólidos de Francisco I. Madero representa un foco de infección para las familias que viven en la colonia mencionada, en donde los habitantes nunca imaginaron la problemática que les generaría con la que tendrían que vivir al momento que el basurero fue ubicado en las cercanías.
Conforme avanza la primavera, el calor aumenta y con ello los malos olores provocados por algunos desechos y hasta animales muertos que son depositados en el área de confinamiento de basura, en tanto que el viento, muy común en esta época del año, causa que los papeles y plásticos se dispersen.
En un recorrido de El Siglo de Durango por la zona afectada se pudo constatar que por lo menos a en un perímetro de alrededor de un kilómetro y medio del tiradero, hay material orgánico que el viento dispersó.
A pesar de que los ejidatarios han puesto cercos en sus tierras, la basura se sigue dispersando y es que hasta ahora el lugar donde se deposita la basura de todo el poblado de Francisco I. Madero no está debidamente constituido.
Apenas la semana que acaba de terminar, comenzaron a colocar al lugar un cerco, para evitar que los desechos se sigan dispersando; no obstante, Manuel Hernández Sánchez, uno de los tantos vecinos afectados, señaló que no se conformarán con dicha acción, que no servirá de mucho.
Esto debido a que, según calificó el ciudadano de la colonia Bella Vista, el cerco es muy bajo, por lo que no evitará que los papeles y plásticos se continúen haciendo remolino y dispersando hacia los alrededores, sin olvidar que la malla que colocan no impedirá que se generen malos olores.
El entrevistado comentó que han levantado alrededor de 90 firmas de vecinos que se sienten afectados por el foco de infección que representa el basurero municipal para sus familias, especialmente para los niños, que conforman la población más vulnerable en salud.
Sin embargo, esto poco ha preocupado a las autoridades municipales, quienes según el afectado no dan soluciones reales, sólo emprenden acciones que aparentemente remedian a medias la molestia que desde hace alrededor de seis años tienen.
Caso omiso
Al platicar con el empresario Jorge Sicsik, manifestó que es indignante ver cómo a pesar del tiempo que llevan ciudadanos de Francisco I. Madero quejándose del foco de contaminación, no han recibido una respuesta favorable.
Esto a pesar de la Norma Mexicana 083 que promueve la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), referente a la construcción de rellenos sanitarios que cumplan con una serie de indicaciones que evitarán la contaminación que causan los simples basureros municipales.
Dijo que es evidente que a las autoridades municipales poco les importa cumplir con esta normativa, mientras que las estatales y federales no hacen mucho para que los municipios como Pánuco de Coronado acaten dicha disposición.
Y es que, según platicó, las quejas han llegado a la Semarnat y a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa); a esta última le remitieron por escrito la inconformidad por la afectación que genera el actual basurero municipal.
La respuesta tardó en llegar, pues al parecer no había recursos para remitir la correspondencia en la dependencia federal, y cuando llegó, refería que efectivamente habían detectado irregularidades en el basurero que probablemente podrían ser causa de sanciones administrativas.
Este tipo de respuestas no representan ningún tipo de solución para quienes tienen el problema de la contaminación; únicamente genera dudas del trabajo que desempeñan las autoridades encargadas de proteger el ambiente.
El empresario Jorge Sicsik evidenció molestia cuando declaró que si a algunos funcionarios se les pagara por lo que hacen, no llegarían ni a cobrar el mínimo, en referencia al poco caso que han hecho al problema del basurero municipal.
Referencias
En el seguimiento que ha dado El Siglo de Durango al problema de contaminación que causa el basurero municipal, se registra que en marzo de 2004 vecinos de la colonia Bella Vista ya manifestaban su inconformidad con la ubicación del depósito de desechos sólidos.
En este lugar las amas de casa se quejan de que de nada sirve asear el exterior de su casa pues al paso de unas cuantas horas la basura ya se encuentra en sus banquetas, sobre todo si hay viento.
En ese entonces el Municipio contaba con un Plan de Desarrollo que supuestamente contemplaba medidas para proteger el ambiente, y como línea de acción se construiría el relleno sanitario municipal, además de extenderse un programa similar en las comunidades con más población.
En la cabecera municipal el relleno sanitario resultó un basurero, donde se queman los desechos sólidos que generan las humaredas y los malos olores, y como no se da mantenimiento, la basura se encuentra regada por las tierras de cultivo y viviendas.
Las arboledas y arbustos ubicados en las cercanías de la vía del ferrocarril a la fecha están plagadas de papeles y hules.
En tanto que los ejidatarios siguen con la dificultad de que sus animales coman el hule y otros sólidos contaminados que puedan causarles la muerte.
Cabe señalar que en diciembre de 2005, el alcalde Isaías Berumen Aguilar supuestamente entregó a la Semarnat el proyecto correspondiente para ejecutar un relleno sanitario conforme a la Norma Oficial Mexicana 083.
En ese entonces señaló el Municipe que buscaría la mezcla de recursos para trabajar en el proyecto en el 2006.
Viven de la basura
Entre los desechos, colchones viejos, botellas de plástico, vidrio, cartón, algunos trapos y hasta animales muertos, trabaja María Martínez junto con su esposo y una hija.
Ella platica que trabaja en el basurero porque no tiene otra oportunidad de empleo, y aunque ha buscado se ha visto orillada a vivir de lo que a los demás ya no les sirve.
Ahí buscan algunas cosas que puedan vender, como material reciclable o algunos artefactos que pudieran tener compostura, y luego los trasladan en una carreta jalada por un burro.
Algunos pequeños los acompañan, cuatro en total; son sus nietos que dice que solamente en vacaciones se van con ellos al basurero, pues generalmente están en la escuela.
Ya son varios años los que tiene María viviendo de la basura; sin embargo, la falta de empleo y la necesidad han hecho que le pierda el asco a los desechos.
Nunca se ha enfermado, según comenta, a pesar de los malos olores y moscas que exhiben las condiciones infecciosas en las que se encuentra el tiradero.
Casi todos los días acude al tiradero en busca de objetos que pueda vender; “hay veces que sí sale para comer, pero hay otras que no, de todas maneras tenemos que seguir hurgando”, señaló.