Ortotanasia, ¿una opción para niños en fase terminal?
En México, la eutanasia activa y voluntaria no es permitida en los menores y sólo los adultos tienen la capacidad jurídica de tomar decisiones.
¿Cuál es la mejor ayuda para los menores de edad enfermos en fase terminal? ¿Es la eutanasia activa (provocarles la muerte)? ¿Es la iniciativa de Ley de Voluntad Anticipada presentada en días recientes por las fracciones del PRD y de la Coalición Socialdemócrata, que permitiría a una persona desahuciada no prolongar de manera innecesaria su vida? ¿Es la eutanasia pasiva (dejar de hacer)? ¿Son los Cuidados Paliativos? ¿Es la Ortotanasia?
La Ortotanasia es un término reciente que a decir de expertos todavía no ha sido bien acogido y que no es Eutanasia, sino un tratamiento paliativo al máximo, respetando la autonomía del paciente. Muerte digna.
Juan y Mayté -ambos nombres ficticios con el fin de proteger su identidad-, están muy lejos de saber la respuesta; no sólo porque se encuentran en la fase agónica de su enfermedad, -ambos tienen lesiones cerebrales irrecuperables-, sino porque actualmente todas las disquisiciones acerca de la eutanasia no son aplicables a los niños.
Es decir; en México, la eutanasia activa y voluntaria no es permitida en los menores y sólo los adultos tienen la capacidad jurídica de tomar decisiones, pues los infantes son dependientes absolutos de lo que elijan sus padres, tutores o representantes legales; aunque, según opinión del doctor Armando Garduño, Director de la Clínica de Cuidados Paliativos, del Instituto Nacional de Pediatría (INP), un capítulo por escribir y en el cual se debe avanzar en corto tiempo, es justamente el relacionado con la participación de los menores en sus propias resoluciones: “ya que es un hecho que muchos adolescentes tienen suficiente madurez incluso para tomar las decisiones que ellos consideran las mejores en los temas relacionados con su salud, y en casos extremos, su fallecimiento”, asegura.
Al respecto, para el especialista, el respeto a la vida y a la dignidad humana deben ser la guía y como consecuencia, la respuesta para los niños enfermos en fase terminal la debe ofrecer los cuidados paliativos, enfocados a otorgarle a los menores una mayor calidad de vida cuyo noble esfuerzo les permitirá ser tratados con la dignidad, respeto y solidaridad que merecen en la etapa final de su corta existencia.
“Las unidades de cuidados paliativos no evitan la muerte, pero la hacen menos dolorosa, más apacible y digna. Si esta forma de atención paliativa pudiera aplicarse a todos los pacientes terminales, el proceso de morir se dignificaría y se evitarían prácticas como la eutanasia activa y el suicidio asistido; enfatiza Garduño en entrevista.
DECISIONES MÉDICAS AL FINAL DE LA VIDA
A decir del experto, el enfoque de atención debe cambiar radicalmente y encaminarse a ayudar a los pacientes y a su familia a tener la mejor calidad de vida posible el tiempo que les queda de vida. “La fase terminal de las enfermedades es una experiencia destructora para el niño y sus familiares, sobre todo en los pacientes con enfermedades cronicodegenerativas, de curso inexorable, donde las opciones de la medicina curativa dejan de ser una realidad.
En este sentido, -continúa el especialista- la medicina moderna; -que es capaz de prolongar la vida-, debe volver a su premisa fundamental de ayudar al paciente, aliviar el dolor y el sufrimiento con una medicina paliativa eficaz para evitar el exceso de medidas terapéuticas y/o la prolongación del proceso de morir; evitando así, tratamientos excesivos e inútiles que en nada ayudan al enfermo, por el contrario: generan sufrimientos innecesarios, prolongan su agonía con medidas inhumanas e incluso maleficentes, asegura.
LOS LÍMITES DE LA INTERVENCIÓN MÉDICA
En rigor, para Armando Garduño la vida de los pacientes en fase terminal actualmente puede prolongarse por días, semanas o meses, con lo que aparentemente se cumple el deber primordial de los médicos al mantener la vida a cualquier precio; sin embargo, con este enfoque, se pone de relieve la gran cantidad de dilemas éticos relacionados a los límites de la actuación médica cuando se utilizan todos los medios de la ciencia y la tecnología para mantener y prolongar inútilmente la vida de pacientes que no tiene posibilidad de curación o recuperación, agrega.
En este sentido, para el encargado de la Unidad de Cuidados Paliativos del INP, el sostén de la vida es obligado mientras exista la mínima esperanza, pero cuando un paciente se encuentra en la fase terminal - como es la situación de los niños Juan y Mayté- hay que admitir que las intervenciones médicas son limitadas y se debe aceptar que nada puede hacerse para curar al enfermo. En tal caso, el enfoque, - según el especialista, -debe encaminarse para ayudar al niño a bien morir, sin intervenciones fútiles, directriz conocida como Ortotanasia, cuyo propósito fundamental es el alivio del sufrimiento, sin la intención de provocar la muerte.
“Esta forma de atención conocida también como eutanasia pasiva, es ética y legalmente permitida en la mayoría de los países del mundo pues está fundamentada en la razón, la equidad y la justicia”, asegura.
Asimismo, el cáncer es el mayor responsable de la fase terminal y en México es un grave problema de salud pública y una de las principales causas de morbimortalidad y la segunda causa de muerte en el grupo de 5 a 14 años de edad
Por último, los cuidados paliativos y/o Ortotanasia se dirigen exclusivamente a proporcionar el mayor bienestar posible a los niños con enfermedad en estado terminal, no acortan ni prolongan la vida, ni aceleran la muerte; no es eutanasia. Los cuidados paliativos ponen de relieve el respeto y el humanismo que se debe tener por un niño que muere.
Para Armando Garduño, es indispensable trabajar con prontitud para aprender y hacer operativo el concepto de Ortotanasia, para sensibilizar y convencer a las autoridades en salud que el proceso de morir es parte de la vida y de la medicina; y que la atención a apropiada a estos pacientes incurables y la búsqueda de una muerte apacible debe ser una prioridad en México.
“Es de suma importancia evitar el dolor en el ser humano; sin embargo, y desafortunadamente, este es un aspecto que sigue siendo subestimado en el caso de los niños desahuciados de nuestro país”, denuncia el experto.