EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- “Osvaldo, te amo”, gritaban alumnos y alumnas de la UANE. La llegada del portero de Santos Laguna a las instalaciones de la universidad provocó lo que en ocasiones los profesores no consiguen: la atención de los jóvenes.
Osvaldo Sánchez llegó puntual a su cita de las 14:00 horas en la Universidad Autónoma del Noreste. El auditorio fue abarrotado por unos 200 jóvenes, en su mayoría alumnas y secretarias, que querían ver de cerca al ídolo de la Selección Mexicana.
La camiseta de Santos Laguna fue la prenda preferida de los jóvenes que acudieron al auditorio de la UANE. Las pulseras verdes no pudieron faltar en las muñecas, y tampoco las hojas de cuaderno con frases como “te amo” y “eres lo máximo”, que las alumnas le mostraban al portero con el fin de llamar su atención.
Ante los gritos y el desorden de los jóvenes, Osvaldo los regañó: “para los maestros, el director, y para un servidor es un poco molesto estar hablando y que ustedes estén haciendo relajo, les pido que pongan un poco de atención porque vengo con la intención de contestar sus preguntas. También quiero decirles que soy un futbolista y no un orador, así que si permanecen callados será más fácil todo”.
Después de la llamada de atención, Osvaldo habló sobre su infancia, de los motivos por los que decidió ser futbolista, sobre el drama del descenso de Santos Laguna, y su sueldo como portero, mientras, los alumnos captaban su imagen en las cámaras fotográficas y de los teléfonos celulares.
“Quise ser futbolista desde que tuve uso de razón. En mi barrio, en Guadalajara, jugaba en las calles, y además es algo que llevo en la sangre porque mi abuelo y mi padre jugaron futbol amateur, y sabía que podía jugar en cualquier posición pero conforme el tiempo pasó me di cuenta que mis condiciones eran para ser portero”.
Osvaldo, quien también fue portero de Atlas, América y Chivas, habló sobre la importancia de la familia. “Sin nuestros padres no podemos hacer nada. Mi padre, que está en el cielo, siempre me apoyó”. Mis padres siempre trabajaron, en mi casa no nos faltaba nada, no había lujos y vivíamos justos. Por eso es muy importante que valoremos lo que nuestros padres nos puedan dar. Los míos me apoyaron en todo, me compraban mis tenis y guantes, y eso no era fácil porque en mi familia éramos cinco hermanos”.
De la situación que vive el equipo Santos Laguna, comentó: “esta ciudad no se merece tener el equipo que tiene en este momento... no sea quién es el culpable de que las cosas no estén bien pero el objetivo es salvarlo del descenso, y estoy seguro que puede pelear algo grande a nivel campeonato”.
Al terminar la plática, Osvaldo recibió algunos regalos como un diploma, chocolates y una camiseta roja de la UANE que los alumnos a gritos le pidieron, “mucha ropa, mucha ropa, que se la ponga, que se la ponga”.
Alumnos y alumnas, se acercaron a Osvaldo con cámaras, camisetas y plumones en mano, pero el portero fue muy claro: nada de fotos ni de autógrafos. “Tengo que irme a mi casa a comer y a descansar para irme al Estado Corona”, y ante la insistencia sólo contestó la última pregunta sobre el marcador del juego entre Santos y Tigres, “vamos a ganar”.
Desilusionados, los jóvenes trataron de tomarse aunque sea una fotografía pero el portero salió rápido del auditorio ante la sorpresa de los alumnos que, al intentar salir, se dieron cuenta que les cerraron las puertas para evitar que fueran detrás de Osvaldo, y para cuando se abrieron, el jugador ya iba a bordo de su BMW color blanca.
