El escritor, filosofo y teólogo Leonardo Boff, conocido por su activismo y su lucha a favor de los derechos de los pobres y los más excluidos, quien aparte es uno de los fundadores de la teología de la liberación, no podía pasar por alto la tan comentada y significativa visita de su santidad Benedicto a Brasil, claro está que Joseph Ratzinger quien fue el encargado de silenciar al escritor brasileño, en 1985, por la publicación su libro “La Iglesia, Carisma y Poder” no se debió sorprender con la declaración de Boff quien afirmó que la Iglesia que representa el Papa Benedicto XVI es “autoritaria, medieval e insensible a los derechos democráticos”.
Unas horas antes de la llegada de su santidad a tierra carioca, el escritor calificó la Iglesia conducida por el ex guardián de la ortodoxia como “uno de los últimos bastiones del conservadurismo, el patriarcalismo y el autoritarismo”.
Boff señaló más tarde en una entrevista que concedió a AP televisión que el Papa “no se da cuenta que más de la mitad de la Iglesia vive en el Tercer Mundo, cuyos hijos dan un rostro nuevo al cristianismo”. El continente Americano alberga a unos 500 millones de católicos, la mitad del total en el mundo. En cuanto a la pérdida de fieles, una de las principales preocupaciones de Benedicto XVI, Boff dijo que la causa principal es que la Iglesia “no se renueva internamente, no crea espacios de participación”.
A fin que los fieles no se dispersaran cada vez más, Boff propuso “abrir un diálogo amplio, ecuménico, reconociendo a las otras iglesias como iglesias hermanas” y crear una Iglesia “que encarne las culturas locales, la cultura de los negros, la cultura de los indígenas, las culturas periféricas, para que el pueblo participe con su visión encantada de la realidad y que las personas entren en la Iglesia y no que la Iglesia esté detrás de ellos”. El escritor brasileño se manifestó escéptico de que el Pontífice afloje la rigidez que atribuyó a su conducción: “No es portador de un mensaje que suscite esperanza”, sentenció.
El teólogo agregó que el de Benedicto “es un Papado de transición... no ha presentado ninguna iniciativa, es una Iglesia que se construye para adentro. Este Papa no es carismático, sino un profesor, un erudito, con un problema de comunicación”.
“Creo que el Papa, más que tradicionalista es nostálgico”, dijo. “Este Papa no es para una Iglesia de grandes números sino de un pequeño número calificado. No es una Iglesia abierta como creo era la comunidad de Jesús, abierta, sin ninguna discriminación”.
Boff fue condenado al silencio en 1985 por dar a su mensaje religioso un fuerte contenido político y por criticar a la Iglesia de Juan Pablo II por “elitista”. En ese entonces Joseph Ratzinger -hoy Papa Benedicto- era el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, guardiana de la pureza doctrinaria y heredera de la Inquisición. No era de extrañarse que el mismo sumo Pontífice de la Iglesia Católica, amenazara también a todos los legisladores que promovieran leyes a favor del aborto, igualmente desde que era Ratzinger y no Benedicto se le ocurrió decir que la mejor manera de prevenir el Sida era la abstinencia y por eso se manifestó en contra del uso del preservativo, claro, según estas políticas medievales de la Iglesia éste no puede ser usado sino en el cerebro a fin que no se evacuen las ideas.