Dignidad y Milicia
ORISON SWETT MARDEN nace en Estados Unidos en 1850 y muere en 1924. Su obra, ?Siempre Adelante?, es considerada como la obra clásica más importante en la historia de la literatura de superación personal. MARDEN fue premiado por la reina VICTORIA de Inglaterra y por presidentes y primeros ministros de muchas naciones. Escribe MARDEN en esta obra: ?¿Que dirá el mundo si triunfamos? ?preguntó el capitán BERRY cuando NELSON (el almirante inglés) hubo explicado al consejo de oficiales su plan antes de la batalla de ABUKIR-. No hay que decir si triunfamos ?replicó NELSON-, porque nuestra victoria es segura. Pero quién sobrevivirá para contarla ya es otra cosa. Después, cuando terminado el Consejo se disponían los oficiales a tomar el mando de sus respectivos buques, añadió: ?Mañana a estas horas habré ganado la dignidad de Par (un titulo nobiliario) o una tumba en WESTMINISTER. Su sagaz y osado espíritu vio la oportunidad de victoria donde los demás tan sólo veían probabilidades de derrota?.
El carácter y la personalidad de los grandes militares y guerreros de la historia siempre han encantado a la humanidad. Y es que nos resultan fascinantes por su asombrosa valentía, determinación y por su lucha incesante ante las adversidades y los peligros.
Nosotros, sin estar en guerra con nadie, mucho bien nos haría si una pequeña parte de la valentía, arrojo, y lucha inagotable de esos guerreros, pudiéramos incorporarla en nuestro carácter. ¡Seríamos unos verdaderos triunfadores! Recordemos que la Biblia nos dice que ?La vida es milicia del hombre en la Tierra?.
El Almirante NELSON tuvo la firmísima resolución de luchar a toda costa por la victoria en la batalla de ABUKIR, aun a costa de su propia vida. Lo que le importaba a NELSON era triunfar, sin importar que el triunfo lo llevara a la muerte.
Lo esencial en este relato es una cuestión fundamental: para el almirante NELSON (el más grande en la historia naval de Inglaterra), lo verdaderamente importante consistía en ganar la dignidad, aun a costa de su propia vida. Cuando nosotros examinamos nuestras débiles decisiones, nuestros afanes por lo efímero en detrimento de lo digno y de lo noble y cuando nos sentimos acobardados ante las dificultades, nuestra personalidad empalidece ante la grandeza de los valientes y los resueltos con acerada firmeza.
Recordemos lo que decía GIOSUE CARDUCCI: ?El no tener sentimiento de la propia dignidad y de la propia fuerza es un gran mal; tanto para los hombres como para los pueblos?. Sin dignidad no es posible el honor, pues bien sentenció SAMUEL SMILES: ?El sentimiento de la propia dignidad es el centinela del honor?.
Admiramos a los grandes guerreros de la historia, pero no nos damos cuenta que cada uno de nosotros es un guerrero en su propia vida. Jamás podremos abandonar la milicia que la vida nos impone, pero en cambio sí podemos elegir la calidad de nuestra milicia permanente: cobardes o valientes; innobles o dignos; vacilantes o atrevidos; llorosos y quejumbrosos, o recios y con entereza.
Critilo se decide por una vida de dignidad y coraje ante las adversidades que la existencia nos plantea, sin temer a los estrépitos de las batallas de nuestras vidas. Siempre es más admirable luchar que desistir, como bien lo dijo SÉNECA: ?Nada nos produce mayor admiración que un hombre que lleva con fortaleza su desgracia?.
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