Somos los responsables de nuestra felicidad
?La naturaleza ha hecho posible en todos la felicidad, con tal que sepamos usarla? (así lo expresó en la Roma antigua CLAUDIANO).
Cada vez es mayor el número de corrientes sicológicas que sostienen la gran dificultad de poder acceder a la felicidad. Pero la vida ordinaria nos demuestra lo contrario: ?No es feliz quien no cree serlo?, nos dice el adagio latino. Y el poeta ELIOT afirma: ?Hay quienes adquieren la mala costumbre de ser infelices?.
El sicoanálisis defiende la tesis de nuestros conflictos internos y de la dificultad de llegar a ser felices si no resolvemos nuestros conflictos más profundos. En este sentido, esta corriente (aun reconociendo la genialidad de FREUD y de su inmensa aportación a la humanidad) no es muy optimista en el campo de la felicidad.
Pero veamos lo que dicen los sicoanalistas de fama mundial. MILDRED NEWMAN y BERNARD BERKOWITZ, nos dicen: ?No existe ningún botón mágico (para acceder a la felicidad). Se trata de una actitud. Asumir la responsabilidad de nuestra propia vida, significa efectuar un profundo cambio en la manera de enfrentar todo. Hacemos lo imposible con el fin de eludir este cambio, esta responsabilidad. Preferimos culpar a alguien o a algo como causante de nuestra desdicha, antes que hacer algo para remediar la situación. Incluso nos referimos a nuestros propios sentimientos como si se tratara de algo venido del espacio extraterrestre. Solemos decir: ?me asaltó este sentimiento?, como si fuéramos criaturas indefensas dominadas por fuerzas misteriosas, en vez de expresar simplemente: ?me sentí así?. Hablamos como si nuestros sentimientos cambiaran con el clima, sobre el cual no ejercemos control alguno. Este enfoque meteorológico de nuestras emociones es muy útil; sirve para librarnos de nuestra responsabilidad con respecto a nuestra manera de sentir. Nos anulamos tan sólo con el fin de eludir la oportunidad de elegir ?.
Los argumentos de estos sicoanalistas son claros y contundentes: no somos seres indefensos dominados por fuerzas misteriosas, ni carecemos de la capacidad de controlar una gran cantidad de sentimientos destructivos.
Para Critilo, nuestra felicidad depende de nosotros mismos en la medida en que asumamos la responsabilidad de nuestras propias vidas y de que enfrentemos todo en la vida de una manera valiente, optimista y con el ánimo de resolver de raíz nuestras dificultades. Ya lo dijo BOECIO: ?¿Por qué buscar la felicidad, oh mortales, fuera de nosotros, cuando la poseéis vosotros mismos??
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