EL ALTRUISMO Y EL EGOISMO
El Altruismo es un sentimiento o norma de conducta que nos mueve a realizar el bien de otros, aun a costa del propio bien. El filósofo francés AUGUST COMTE, en su obra Pensamientos y preceptos, escribió: ?Vivir para los demás, es la Ley del deber de la felicidad?. Y por su parte, el jesuita español BALTAZAR GRACIÁN, en su libro Oráculo manual o Arte de prudencia, sentenció: ?Poco aprovecha agradarse a sí, si no se contenta a los demás y de ordinario castiga el desprecio común la satisfacción particular?.
Solamente podemos ser altruistas cuando prestamos una serie de servicios constructivos a los demás. No se trata de cualquier tipo de favor, sino sólo de aquellos que estén vinculados a la moral y a lo recto. El Altruismo se opone al egoísmo, que al darse la persona en beneficio de otro, implica una renuncia o un esfuerzo, que de alguna manera pudiera ir en detrimento del altruista. Pero al altruista no le importa, porque sus sentimientos nacen de una fuente auténtica de nobleza y de generosidad. Y además, el altruista siente satisfacción al servir a otros.
Ya el genial FREUD había hablado de que las conductas altruistas constituían la base para que toda comunidad pudiera desarrollarse. Una persona egoísta está anclada en la infancia, por más edad que tenga. Solamente las personas centradas y maduras emocionalmente pueden ser altruistas.
El gran pensador SPRANGER, al describir los tipos humanos, se refiere a la tendencia que ciertas personas tienen por lo ?social? y que consiste en su entrega y amor a los demás. Ya esta idea la había pensado el dramaturgo griego SÓFOCLES en su obra EDIPO, al haber escrito: ?La obra humana más brilla si es útil al prójimo?. Y el enorme novelista ruso LEÓN TOLSTOI, en una de sus máximas nos dice: ?El que es nocivo a los demás lo es a sí mismo. El que se considera como un ser aislado no camina hacia la verdad?.
El Altruismo tiene muchas maneras de manifestarse. A veces, se exterioriza en conductas muy concretas de ayuda a determinadas personas. Pero otras veces, el altruista deja a un lado sus propios intereses a fin de entregarse a un ideal político, a un movimiento social o religioso, pero siempre se da por parte del altruista una conducta de amor o ayuda a los demás.
El Altruismo es lo opuesto al egoísmo. El egoísta está ciego ante los intereses de los demás. El egoísta está anclado en sí mismo y no le importan las necesidades de los otros. En el terreno sicológico, todo egoísta tiene encogida su existencia. Está miope y distorsionada su visión de sí mismo, de los otros y del mundo. Su existencia corta y chata le impide ser feliz.
Ya lo dejó muy claro CISERÓN: ?Nadie puede ser feliz cuando es capaz de todo por sí mismo y pone en sí todas las cosas?. Al egoísta se le aplica a la perfección la sentencia del romano TERENCIO: ?Todos prefieren lo mejor para sí, antes que para los demás? el egoísta está tan ciego, que el propio TERENCIO lo describió muy bien al escribir: ?El más próximo a mí soy yo mismo?.
CRITILO nos dice que el egoísta puede curar su grave trastorno emocional y existencial en la medida de que logre darse cuenta que su conducta egoísta es ruin, pobre, mezquina y que lo priva de la felicidad, que sólo puede lograr en el encuentro y entrega a los demás. El egoísta, podrá lograr enriquecer su existencia cuando se entregue y ayude a los otros con un total desinterés.