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Palabras de Poder

Jacinto Faya Viesca

LA PACIENCIA, COMO CORONA DE NUESTRA ALMA

CERVANTES, en una de sus obras, afirma: “Los males que no tienen fuerzas para acabar la vida, no la han de tener para acabar la paciencia”.

El filósofo NIETZSCHE, muy seguramente inspirado en CERVANTES, escribió: “Lo que no me mata, me fortalece”. La educación que hemos recibido en los países de occidente, a partir de la Revolución Industrial iniciada en Inglaterra, se ha orientado a hacernos creer que la ciencia y la tecnología se han convertido en las grandes soluciones para nuestros más graves problemas. Es cierto, que los avances en la física, la biología y la medicina, han contribuido a salvar millones de vidas y a permitirnos mejores niveles económicos. Pero también sabemos, que estas ciencias y tecnologías han disparado las guerras, el armamentismo y la concentración del ingreso nacional en un porcentaje muy reducido de la población mundial.

Y en cuanto a que la ciencia y la tecnología en lo últimos ciento cincuenta años hayan contribuido a convertirnos en seres más virtuosos, pacientes y valientes ante las adversidades de la vida, su contribución ha sido nula y además dañina, pues nos quieren convencer, que la sociedad de consumo nos hará más felices. Nuestra actual sociedad de un consumo disparatado nos ha dado confort, pero no descanso del alma; nos ha dado bienes y servicios, pero nos ha hecho más envidiosos y codiciosos, pues los vicios de la envidia y de la codicia son los motores del consumismo.

La educación griega y romana de la época clásica, así como la etapa de Renacimiento, se orientaban a formar al hombre en las grandes virtudes. En esas culturas, la cobardía ante la vida, el pánico ante las adversidades, el hambre de confort, los anhelos de no sufrir, se daban de manera escasa. Y en cambio, la valentía, el coraje ante el infortunio y la conquista de la paciencia, la lealtad y el amor a la patria, eran vividos de manera auténtica cada día.

CERVANTES, un genio de la humanidad, advierte muy bien, que los males que no tienen fuerza para acabar con nuestras vidas, no la tendrán tampoco para acabar con nuestra paciencia. Lo que en realidad necesitamos, es desterrar de nuestras mentes, la fantasía de que viviremos sin sufrimiento ni problemas. Esto es absolutamente imposible, por ello, debemos de aceptar la vida con todas sus limitaciones, y hacer frente a todo tipo de dificultades, como bien lo dijo el gran músico FREDRIC CHOPIN: “Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo”. Y también estemos seguros, que junto a las dificultades conviven también las alegrías y las soluciones; recordemos que después de la tempestad viene la calma y de que el momento más oscuro es un poco antes de la aurora; esta idea la acuñó muy bien el trágico Griego EURÍPIDES, al escribir en una de sus tragedias: “La desgracia termina por amainar”. Los vientos no siempre soplan del mismo cuadrante ni con igual fuerza.

La paciencia, a que alude CERVANTES, consiste en la virtud de sufrir con entereza los infortunios y trabajos. No podemos tener paciencia cuando estamos pasando por una racha de buena suerte o de felicidad. La Paciencia es una virtud solamente cuando nos suceden males o trabajos que implican sufrimiento o esfuerzo.

CRITILO nos pide que reflexionemos en los grandes pensadores que supieron llevar los males de su vida con paciencia, como el poeta romano HORACIO, que escribió: “Lo que no se puede evitar hay que llevarlo con paciencia”. No somos gusanos medrosos y acobardados que se arrastran lastimeramente, sino personas capaces de llevar con Paciencia y dignidad los males de la vida; capaces de mantener una paciencia heroica más poderosa que la fuerza misma.

Mientras estemos vivos, nuestra poderosa Paciencia hará más llevadero todo aquel infortunio que no tenga remedio alguno. CRITILO nos da esta sabia reflexión de la Biblia: “Más vale el hombre paciente que el fuerte, más el que domina el corazón que el que conquista ciudades”. Pues bien, ante los infortunios de nuestras vidas, tenemos a la Paciencia, como corona de nuestra alma.

Agradeceré sus comentarios: palabrasdepoder@yahoo.com.mx

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